Figura de la escena “pesada” desde los años 80 y líder de bandas como V8, Hermética y Almafuerte, el cantante Ricardo Iorio falleció en Coronel Suárez mientras era trasladado a un hospital para ser reanimado por un infarto.
Ricardo Iorio, máxima figura del heavy metal argentino, murió este martes a causa de un infarto a los 61 años en la localidad bonaerense de Coronel Suárez, donde residía desde hacía varios años.
Así lo confirmó a varios medios su abogado, Juan Ignacio Vitalini, quien detalló que el deceso se produjo en una sala médica de San Eloy, adonde había sido trasladado para su atención.
Según el testimonio del abogado, Iorio se encontraba en su vivienda junto a su pareja cuando comenzó a sentirse mal, por lo que la mujer pidió asistencia a la sala médica de San Eloy.
Por su parte, el director provincial del Ministerio de Seguridad, con asiento en Bahía Blanca, Federico Montero, dijo que “se recibió a las 7.40 un llamado de una sala médica de San Eloy informando que había llamado una señora identificándose como la señora de Ricardo Iorio, que se había descompensado y habían pedido una ambulancia”.
“Cuando llega la ambulancia constatan que había sufrido una descompensación, lo trataron de reanimar y llevarlo a la sala médica donde indicaron que había fallecido”, agregó.
El funcionario dijo que, debido a ello, acudió personal policial a la sala médica y que un médico certificó el fallecimiento “aparentemente por causas naturales”.
Desde la Fiscalía General Departamental de Bahía Blanca se informó que “tras ser notificados por el hecho se iniciaron actuaciones por averiguación de causal de muerte en la que interviene la Ayudantía Fiscal de Coronel Suárez”.
Iorio fue el máximo referente del heavy metal argentino a partir de su liderazgo de bandas centrales como la seminal V8, Hermética y Almafuerte.
Su irrupción en escena se produjo en los primeros años de los `80 cuando luego de ser parte de varias bandas dio forma a V8, junto al cantante Alberto Zamarbide, el guitarrista Osvaldo Civile y el baterista Gustavo Rowek.
Con el respaldo de Pappo, quien por entonces estaba al frente de Riff, la banda logra ser parte del Festival B.A. Rock de 1983, en donde llama la atención por su propuesta metalera ante un público mayormente conformado por caracterizados hippies y una grilla que contemplaba a figuras como Miguel Cantilo, Piero, Raúl Porchetto y León Gieco.
Como impulsor del heavy metal a nivel local, V8 tuvo un público fiel a lo largo de la década, en la que registró tres discos: “Luchando por el metal”, “Un paso más en la batalla” y “El fin de los inicios”.
Tras la ruptura de V8, Iorio encabezó Hermética, otra banda que haría historia en la escena del rock pesado argentino con discos como “Ácido argentino” y “Víctimas del vaciamiento”, en donde se rebelaría como un letrista capaz de reflejar la cruda realidad de la clase trabajadora.
Hacia mediados de los `90, en medio del éxito de la banda, una pelea interna decretó el sorpresivo fin de esta formación, ante lo cual Iorio inició una nueva etapa al frente de Almafuerte.
La figura de Iorio fue cobrando notoriedad a lo largo de los años tanto por el contenido de sus líricas, en las cuales explícitamente reconocía influencias de folcloristas como José Larralde, como por su exacerbado nacionalismo.
Pero esta postura también fueron cobrando tintes extremos, lo cual también terminó convirtiéndolo en un polémico personaje, primero dentro del ambiente rockero y, luego, a nivel mediático.
Más allá de expresiones xenófobas y antisemitas, nunca perdió el respeto y el cariño de sus colegas, quienes le reconocían su frontalidad y valoraban el compromiso de sus líricas para con los estratos populares.