Protagonizado por Marisa Abela, este biopic intenta homenajear a Amy Winehouse, pero omite aspectos clave de su vida y carrera y se queda a mitad de camino.
“Back to Black”, el biopic sobre Amy Winehouse, intenta ofrecer un tributo a la cantante, pero termina presentando una perspectiva monótona y seleccionada de su vida, que ya ha sido ampliamente documentada. A través de la actuación de Marisa Abela, el film aborda desde sus humildes comienzos hasta su rápido ascenso a la fama, plagado de adicciones y el asedio de los paparazzi.
A pesar de la intención de rendir homenaje, la película evade profundizar en aspectos cruciales como el proceso creativo de Amy y las complejidades de su vida personal y profesional, ofreciendo en cambio, una representación superficial que no aporta nuevos insights sobre su figura.
Winehouse, reconocida por su voz distintiva y su estilo musical que mezcla jazz clásico con pop, soul y hip-hop, es retratada en el film desde una óptica que prioriza su relación con Blake Fielder-Civil y la influencia que tuvo en su vida y su carrera. Sin embargo, “Back to Black” omite significativamente las colaboraciones musicales y los detalles de su proceso creativo, elementos que fueron fundamentales en su carrera. Además, se hace evidente una representación sanitizada de su lucha contra las adicciones, optando por enfocarse en una narrativa de desgracia personal más que en una crítica a la industria que la rodeaba.
La dirección de Sam Taylor-Johnson y el guion de Matt Greenhalgh parecen más preocupados por defender posturas previamente criticadas en el documental “Amy” de 2015, que por ofrecer una visión equilibrada y justa de la vida de Winehouse. El tratamiento de los personajes secundarios y las fuerzas externas que influyeron en Amy durante su vida, como la prensa y la infraestructura comercial, es insuficiente y ocasionalmente contradictorio.
Pese a las escenas que resaltan el talento vocal de Winehouse y algunas actuaciones memorables, como sus conciertos y la aceptación del Grammy, la película lucha por ofrecer una representación que escape de los clichés visuales y las simplificaciones excesivas. El intento de capturar la esencia de Winehouse se ve opacado por una narrativa que, aunque pretende ser respetuosa y sincera, termina por no abordar de manera efectiva ni crítica la complejidad de su vida y su legado.