El grupo presentó «M.A.C.R.I» (2018), en un recital con varias novedades y mucha evolución. Cómo crecer sin perder la esencia.
“Traeme la co… traeme la co… ¡Traeme la Coca de vidrio que armamos una molotov!”, arenga Hernán “Cabra” De Vega antes de “Canchero”, una de las canciones de su nuevo disco, “M.A.C.R.I”. “¡Porque el presi se lo me-ressi!”, comenta jugando con el apellido del delantero argentino, justo el día en el que la Selección Nacional perdió contra Francia y quedó fuera del Mundial.
Al igual que en la presentación de “Marginal y Popular” (2014), esta vez Las Manos de Filippi tocan “M.A.C.R.I” de punta a punta, aunque con cuatro canciones de otros discos como introducción. El show se abre con “Crisis internacional”, seguida por “Pajarito” y dos cumbias clásicas: “El himno del cucumelo” y “Hongo por hongo”. Apenas terminan, el Cabra dice: “Quisimos hacer una entrada con algo que ya conocían, como una especie de jamoncito. Ahora sí, se viene nuestra ‘nueva receta’”.
Esta “nueva receta” también es válida para representar la actualidad de la banda. Por problemas de salud, el trompetista Pecho Anzoátegui dejó su instrumento de lado y se concentró en las voces. Pero en clásicos como “Ballenas”, “Organización” y “Los métodos piqueteros”, el músico vuelve a los vientos.
La versión 2018 de Las Manos de Filippi también incluye a los samplers de Pablo Marchetti en un primer plano, mientras él se suma a los juegos escénicos de Cabra y Pecho. El mayor ejemplo se da durante “Plusvadicción”, en el que este último encarna el papel del empresario que vacía las billeteras de sus trabajadores y amigos. “¡Siempre me tocan los personajes más copados!”, admite Anzoátegui entre risas. Tal es el movimiento sobre el escenario, que hasta se enredan los cables de los micrófonos.
Los otros puntos altos de “M.A.C.R.I” son “El sistema” -con el potencial para convertirse en un futuro clásico- y “Malcriado”, en el que el Cabra es abanicado irónicamente por sus compañeros.
Una vez que finaliza la presentación del disco, llegan los clásicos. Además de los ya mencionados, suenan “IPHG” -donde se luce el guitarrista Gabriel Kerman-, “La cumbia del peatón”, “Señor cobranza”, “La selección nacional” -con una eximia interpretación del bajista Guido Durán y el baterista Christian Fabrizio- y “Cutral-có”, en la que todo el Roxy se pone a cantar que “hay que matar al presidente”.
Ahí cae la ficha de que no importa cuál sea la receta ni el momento de la banda: mientras Las Manos de Filippi mantengan este profesionalismo y calidad musical, seguirán siendo uno de los grupos más interesantes del rock argentino.
Puntaje: 9/10.
Fotos: Nativa Films.