Tras un parate por la pandemia del Covid-19, volvió el festival más federal del país con casi 150 bandas de todos los estilos distribuidas en los siete escenarios del enorme predio del Aeródromo de Santa María de Punilla.
Desde el sábado por la mañana, en los alrededores del enorme predio del Aeródromo de Santa María de Punilla podía respirarse (aún con el barbijo puesto) aires de nostalgia y ansiedad por el retorno de un evento que desde hace dos décadas se convirtió en un ritual, en una misa rockera (abierta hoy en día a nuevos estilos musicales), que todo aquel usual asistente extrañó durante el 2021 en el que no pudo realizarse esa edición.
Ahí está la cuestión de este regreso festivalero: lo importante de esta edición de regreso no es si el balance final de concurrencia de gente es masivo o escaso (spoiler: fue masivo a grandes escalas), lo verdaderamente trascendental y lo que es motivo de celebración es que se lleve adelante y eso es lo que afortunadamente ocurrió durante el sábado.
Desde muy temprano, las 14 horas, se abrieron las puertas para que la gente con pase sanitario en mano pudiera ingresar y comenzar a ver shows convocantes como Sueño De Pescado, Cruzando El Charco, los mendocinos Gauchito Club y la cada vez más poderosa y rendidora Eruca Sativa.
El estreno del escenario Boomerang, con una puesta de escena rodeada de árboles y mucha sombra, ofreció contundentes presentaciones de Paz Carrara, Vale Acevedo y Manu Martínez.
Mientras que La Casita del Blues tuvo momentos de gran asistencia de público con los cordobeses Alapar, de la mano de jazz y swing, y la legendaria Celeste Carballo con todo su potente blues.
Para aquellos que fueron a asentarse a un solo sector del predio, el escenario Norte mostró las más grandes concurrencias de público con una propuesta variada que fue de El Mató A Un Policía Motorizado, Wos, Skay y Los Fakires, Babasónicos, Ciro Y Los Persas, Guasones y un cierre festivo y lleno de hits de la mano de Los Auténticos Decadentes.
En su turno, el ex guitarrista de Los Redondos siempre ofrece las mejores performances. “Bienvenidos a la hora del crepúsculo” sentenció Skay al iniciar su presentación, mientras el Sol comenzaba a ocultarse. Con “Ji Ji Ji”, “Criminal Mambo”, “El pibe de los astilleros” y “Nuestro amo juega al esclavo”, el virtuoso guitarrista puso a saltar y agitar las banderas que también flamearon con sus temas solistas como “El golem de Paternal”, “Ya lo sabes”, “Aves migratorias”, “Flores secas” y “Oda a la sin nombre”.
Otro de los shows que siempre dejan a todos arriba fue el del ex Los Piojos: “Banda de garaje”, “Insisto”, “Tan solo”, “Antes y después”, “Pistolas” (junto a Wos como invitado a improvisar), “Maradó”, “Como Alí”, “Pacífico”, “El Farolito” y “Astros” fueron las más celebradas por una enorme cantidad de gente.
Mucho frío al llegar la noche, la lluvia no estuvo invitada en esta oportunidad, mucha gente desde muy temprano y en todos los escenarios y una sed de festival que fue efectivamente saciada en la primera jornada de este regreso del Cosquín Rock.