La Vela Puerca se presentó por primera vez en el Teatro Gran Rex en el marco de su nuevo espectáculo, «Envés».
“Envés”: Parte opuesta al haz de una tela o de otras cosas. Dorso, revés, vuelta.
Volvió la Vela.
Y esta vez, se sabía, iba a ser distinta a las demás.
Ya desde la previa, ver a rockeros jóvenes y no tanto mezclándose con el público de la farándula de la Avenida Corrientes regalaba una imagen distinta.
Tomarse la última cerveza antes de entrar, mirando el Obelisco, fue algo distinto.
Es que adentro el Gran Rex – que es un teatro distinto al resto de la Avenida de las Luces, tal vez el más lindo- esperaba al público de la Vela por primera vez, para cobijarlo y decirle que solo por hoy y mañana sería una noche distinta.
Y lo fue.
A contraluz
“Envés” fue el nombre bajo el cual la Vela llamó a esta serie de conciertos (dos en montevideo, uno en Córdoba, dos en Buenos Aires y que continuará en Rosario) en los cuales avisó que haría temas que no solían tocar en los recitales de siempre. El lado B, la “parte opuesta”, ese dorso que también es parte de los 29 años de esta banda uruguaya y que no suelen ver la luz.
Este sesgo alentó, claro, a los más fanáticos.
Se abrió el telón, el Enano entonó “Frágil” y luego aseguró que las canciones que hoy cantaría “las extrañaban mucho” y que “están muy contentas de reunirse hoy acá”. Al volverlas sujeto, a las canciones, selló un pacto íntimo que seguiría deshojando durante todo el show.
Es que la característica de este Envés son las hojas, la parte de “atrás”. Lo primero que impactó al entrar al Teatro era la escenografía que representaba esa naturaleza, de modo que La Vela parecía estar tocando adentro de un bosque. Las luces, a su vez, hacían juegos con estas composiciones de escenario, haciendo parecer que las luces eran haces de la luz del sol.
Un fogón en el bosque entre amigos, con muchos amigos.
Contra-decir
Los invitados no tardaron en llegar, y no pararon de. Como “quinto beatle” estuvo presente Manolo en gran parte del show, ya sea tocando el rallador, como la pandereta, como haciendo coros, bailando o interactuando con la gente. Hasta tuvo su cántico (“mano-lo, mano-lo”) durante su performance en Contradecir, una consagración de un personaje velero muy a la medida del “envés”.
El resto de los invitados (tres uruguayos y un argentino) y sus temas fueron:
Santiago Moraes – A cargar de la apertura del show
Pedro Dalton – Hoy Tranquilo
Lisandro Aristimuño – Ves (luego presente en el último bis, en guitarra).
Garo Arakelián – En el limbo
Ernesto Tabárez – Respira
Los otros protagonistas fueron las cuerdas y los vientos, presentes en muchos de los temas, desarmando todo el tiempo la idea de que el concepto de “envés” sería un formato acústico y tranquilo. Al contrario, la Vela tocó fuerte, rockeándola como cualquier otro show, haciendo que las butacas del Gran Rex se ocupen y desocupen de gente que se levantaba para agitar y cantar junto al Enano y los suyos.
Vuelan palos
El gran protagonista, de hecho, de nuevo, fue el propio Enano, que no abandonó un minuto el centro del escenario. Desde ahí, recibió a todas y todos, agradeciendo y abrazándose y dando besos en una clara muestra de emoción y cariño. El summum de esto fue una especie de vals que se bailó con Garo Arakelián mientras sonaba la parte instrumental del tema. Un enano suelto que explotó su faceta de cantor y guitarreó casi todos los temas, con la acústica como protagonista y sus arpegios como parte de la marca registrada.
De hecho en un momento, ante un elogio del Cebolla (“miren qué lindo que está”) respondió algo como “solo soy un viejo chacarero” o “guitarrero”, no se entendió bien, y se entendió todo.
Hubo memorables versiones de clásicos, también, mintiendo un poquito la idea de “envés”, como Mi semilla y Para no verme más.
Fue el final cuando todo el público en sintonía decidió dejar la butaca cuando empezó a sonar “ El Bandido Salta de Mata”, tema que muchos de los que estaban presentes escucharon por primera vez en vivo.
La primera noche del Gran Rex terminó con Vuelan Palos, con el enano a guitarra pelada y un invitado en acordeón.
¿Casualidad?
Además de que es un “envés” total, había sido un día en el que habían volado palos en el Congreso, en una represión hacia gente que protestaba contra el veto universitario.
Otra vez la misma historia
Y en las páginas de un diario
Aparecen muy contentos
Los que no dejaron ser
En tiempos de palos e historias que se repiten, la Vela dio vuelta la página para recordarnos que podemos encontrarnos en el “envés” de las cosas, y cantar todos juntos a la Luz de la Vela.
¡Tomá!