En el escenario de La Cofradía Sumo confirmó el 1º de mayo, una vez más, lo que hace rato vienen insinuando: que son una de las bandas más originales y competentes entre las surgidas en el radio porteño en los últimos tiempos.
Luca Prodan: canto y guitarra acústica; Germán Daffunchio: guitarra eléctrica; Diego Arnedo: bajo, Alejandro Sokol: batería.
Sumo maneja un repertorio con bases en el reggae y en el rock moderno pero las composiciones (con excepción de “No Woman No Cry”, de Bob Marley; “Five Years” de David Bowie o “Solid Air” de John Martyn, que el grupo cubre con muy buen nivel) son de cosecha propia, destacándose especialmente el nervio reggae de “Separándome de Ti” (Breaking Away From You), el torturado “Cállate Marc” (Shut Up Marc) —inspirado en el tristemente célebre Marc Chapman— y el lirismo de “Teléfonos Que Suenan En Cuartos Vacíos/Basura Blanca” (Telephones Ringing In Empty Rooms/White Trash).
Una buena parte del magnetismo de Sumo tiene que ver con la carismática figura de su cantante y principal compositor Luca Prodan, un italiano de 28 años, radicado desde los 10 en Inglaterra y desde mediados de 1981 en nuestro país. Luca posee un registro vocal sorprendentemente potente y una personalidad histriónica y extrovertida que le permite un inmediato “rapport” con su público. También es de destacar la perfomance del guitarrista Germán Daffunchio, dueño de un estilo muy personal y efectivo. La base rítmica se está rearmando, ya que con la partida de la baterista británica Stephanie Nuttal, el anterior bajista Alejandro Sokol pasó a ocupar el banquillo tras los parches dejándole su lugar en el bajo a Diego Arnedo.
Es posible que Sumo encuentre algún escollo a nivel difusión por cuanto el interpretar un material en inglés en los días que corren puede ser objeto de prejuicios o rechazos. Pero en verdad sería una lástima si ello ocurriese ya que la música del grupo es de alto nivel y merece ser conocida por el gran público de rock.
Alfredo Rosso