Karamelo Santo puso a la gente bien arriba con un tremendo show que agitó la noche de sábado en Niceto Club.
«Desde nuestro barrio hasta donde sea, vamos a hacer bailar a quien se ponga adelante», parece ser la premisa, el condimento que mueve a los Karamelo Santo a ser una de las bandas que en vivo más paga, más mueve, más suda la camiseta.
El mensaje es claro: hacer de Latinoamérica un país. Y lo logran con su música incorporando cuecas, valsecitos peruanos, cumbia, ska, reggae y cuanto ritmo latino se les ocurra, haciendo un «Mercosur sonoro» altamente bailable.
Los Caña de Azucar armaron su corto pero eficaz set que dejó muchas ganas de más. Esta fugaz presentación sirvió para armar la historia que tendría un destino de baile masivo y enérgico sonido.
Explicar cómo se desarrolla un espectáculo completo de Karamelo Santo es muy difícil para el que no lo vivió nunca, porque es uno de los pocos recitales que no baja en ningún momento su intensidad. No se sabe cuándo llegará el final o arrancará un nuevo tánden de canciones que despedirá nuevas energías para seguir un rato más a puro salto. «Negro» abrió la noche que llegó en medley con «El baile oficial» y «Soy cuyano», antes de las palabras de agradecimiento de Goy: «… gracias a todos por esta vuelta a Buenos Aires, ahora que parece que en Latinoamérica hay unión, vamos para adelante…». Y una nueva descarga de música llegaría en forma inmediata, que incluiría «Nunca», «Vivo en una isla» y «Niño de fuego» para rematar el lapso con un desenchufado de Goy para «El nieto de Maturana». ¿Quién se puede aburrir así?.
Así pasaba el comienzo de la jornada que duraría más de dos horas sin grietas, a puro salto bajo y sobre el escenario, entrando y saliendo de los viejos discos y del nuevo trabajo, creando un compendio de climas pocas veces visto. Sin dudas es éste uno de los puntos más sobresaliente de la banda, ya que en ningún momento pecan de monótonos.
Piro rapea, Gody (un dandy) se pasea cantando enfundado en traje blanco y tremendo carisma; Diego aporrea el bajo y rebota; Lucas mete notas; los caños te seducen; Mariano da la base y Goy pone palabras y estructura para que todo suene y nada se ensucie, aunque no deja que le falte esa cadencia tan necesaria para personalizar las ideas que se quieren transmitir.
Hubo tiempo para covers, para «Down», «Barajas» y tantos otros que fueron tejiendo las entreveradas notas, para dar el puñetazo final cuando el «Duende loco» le dio paso a los invitados de la noche: el Mono y Mafia de Kapanga, para una nueva versión de «Negro», mezcla de ska y hardcore que tan bien le queda.
Poner a la gente arriba es el nuevo desafío y lo están logrando «..Hoy es el día y será de todos Cumbia-punky-ragga-folky-party Soñare!…», dice la canción, dice el corazón.