Massacre y Los Violadores se presentaron en Córdoba el
pasado viernes. Ante más de 200 personas cada uno, demostraron por qué son parte de la historia.
El primero de los shows en realizarse fue el de la
banda liderada por Willy Wallas. Casa Babilón fue el
lugar elegido para que cuando promediara la 1:00 de la
madrugada Massacre subiera por segunda vez en el año
al escenario Ricky Espinosa.
Antes, los Volador G se encargaron de precalentar el
ambiente ante una reducida cantidad de espectadores ya
que su aparición fue temprana y el público cordobés no
se acostumbra a llegar antes de las 2:00; razón por la
que muchos se perdieron incluso el recital de
Massacre.
Te leo al revés fue el primer tema en sonar, seguido
por un repaso a las 12 nuevas Patologías y también
algunas enfermedades viejas. Si bien como toda banda
de culto el público que sigue a los ex-Massacre
Palestina está lejos de ser masivo, cada vez son más
las personas que movidas por la curiosidad se acercan
a escuchar a este «grupo punk que suena bien» e innova
todo el tiempo.
El final del show llegó de la mano de Diferentes
maneras, un clásico de la banda que Carajo
reversionara en el EP Carajografía. Un año excelente
para los Massacre que se despidieron de La Docta hasta
febrero, cuando seguramente integren la grilla de
alguno de los festivales de verano.
En la otra punta del ex Abasto, Los Violadores
estrenaban Y Va… Sangrando en el 990 Arte Club. La
leyenda viva del punk rock nacional una vez más se
presentaba en la ciudad ante más de 250 personas.
La excusa era presentar su último disco, una
producción de seis temas que tratan desde la desmedida
preocupación por la estética, pasando por amores
malogrados, hasta una irónica canción sobre un espía
en la Habana. Un trabajo que trajo aire fresco al
grupo en el momento preciso.
Sonaron los seis temas que integran esta nueva placa,
mezclados con los clásicos de siempre como por ejemplo
Mercado Indio, Represión, Somos Latinoamérica,
Violadores de la ley y Uno, dos, Ultraviolento.
Realizaron un par de covers de Ramones y Sex Pistols
para que no se notara la ausencia de Viva la
Revolución en el repertorio, cuestión que pasó casi
desapercibida.
Violadores realizó una actuación muy buena, con Tucán
ya oficializado en la guitarra ante la ausencia de
Stuka. Al respecto Pil señaló que si bien no están
peleados, tampoco está del todo bien la relación entre
ellos.
Stuka se encuentra en EE.UU. y debido a que no puede
regresar Tucán tomó su lugar no solo en los escenarios
sino también en la parte compositiva de la banda. En «Y
va… sangrando», todos los temas son de autoría
compartida entre el guitarrista y Pil, quien es hoy
por hoy el único miembro original del grupo.
Toda la historia de una banda que se resiste al paso
de los años con merecida eficacia, reflejada en poco
más de 80 minutos del más puro punk-rock.