Con nuevos sonidos, influencias europeas y un espíritu desolemnizador, Los Abuelos retornaban al Teatro Coliseo para presentar su nuevo álbum y reconquistar a su público. Así lo reflejaba la crónica que publicaba la Revista Pelo, en noviembre de 1984.
Himno a la alegría
Los tiempos han cambiado. Los recitales en grandes estadios parecen ahora una jugada solamente viable para algunos «grandes» y los festivales donde se acumulan docenas de nombres que puedan convocar a una cada vez más retraída audiencia.
Hace unos años Los Abuelos de la Nada presentaban su propuesta en el teatro Coliseo, al que regresaron después de atravesar indemnes su primera etapa exitosa. El grupo tiene un nuevo álbum grabado en Ibiza, y se nota mucho que el grupo trató de captar el rollo europeo. La iluminación, el sonido y toda la puesta estuvo influenciada directamente con lo que se ve y se escucha en Europa, salvando los abismos técnicos por supuesto. Pero lo más importante de este ciclo de Los Abuelos es que el grupo reafirmó su contenido desolemnizador y rítmico, ahora sí definitivamente volcado en una estructura musical pop. El concepto ha sido aplicado a la mayoría de los viejos éxitos, logrando en algunos casos buenos resultados («No te enamores nunca de aquel…»). El agregado de nuevos teclados, a cargo de Juan del Barrio, reforzó notoriamente la estructura armónica a la vez que dio mayor contundencia al ataque. El espectáculo no tuvo baches y prácticamente no hubo respiro desde el principio hasta el final, exceptuando dos momentos. El primero fue un solo de batería, absolutamente prescindible y que nada agregó a las virtudes de Polo Corbella. Y el segundo fue la larga, innecesaria perorata de Calamaro agradeciendo y pidiendo aplausos para la producción. ¿Desde cuándo hay que agradecerle públicamente a quien cobra por hacer su trabajo? ¿Qué le importa a una audiencia que pagó por escuchar música si el plomo Luisito hizo un aporte invalorable…? Y esto no sólo ocurre con Los Abuelos sino que es una insoportable y generalizada costumbre.
Por supuesto que nada alcanzó a perturbar el desarrollo de un concierto bien pensado y mejor ejecutado, en el que tuvo mucho que ver el material del nuevo álbum: cancione simples y entradoras que la audiencia festejó.
El tema principal «Himno de mi corazon» es un himno que se popularizará aunque musicalmente sea demasiado obvio. Con una actuación colectiva contundente, Los Abuelos han vuelto al ruedo con nuevos aires y manteniendo esa alegría que tanta falta hace.
Carlos Abetos