En junio se cumplen 30 años de la despedida de la banda emblema del punk argentino. Luego importar un género, de gritarle a las injusticias, de varios cambios de integrantes, peleas y demás, subieron a Obras para el show final. Rescate de una nota publicada en la Revista Pelo Nº421, junio de 1992.
Los Violadores: adiós a las armas
Los días 19 y 20 de junio Los Violadores se presentarán en el estadio Obras para dar su «batalla final». En esta nota recordamos lo más importante de su extensa trayectoria y adelantamos detalles del último show de los pioneros del «punk criollo».
1981: Aquí comienza la historia de Los Violadores que, en esa época, estaba integrado por Pil Trafa en voz, Hari B en guitarra, Stuka en bajo y Sergio Gramática en batería. Al ritmo del “No Future” empezaron a actuar casi clandestinamente en pequeños pubs y a escapar de la policía, firmemente decidida a acabar con el “núcleo” punk que se había instalado en Buenos Aires. Ese mismo año, con la producción de Michel Peyronel, grabaron su disco debut que salió a la venta recién en el ’83.
1982: En pleno auge del rock nacional, con el lamentable conflicto de Malvinas de por medio, Los Violadores tuvieron cierta repercusión, pero todavía el nombre y la música del grupo “indigestaba” a los programadores de radio.
1983: Luego de tanto esperar el cuarteto editó su disco debut, titulado simplemente «Los Violadores”. Un álbum explosivo, potente y pirotécnico que rompió con todo lo establecido. Influenciados por The Clash y Sex Pistols, gritaron en todas direcciones las injusticias sociales, la política opresora y sus ganas de «movilizar» al público de rock. “Represión” fue el gran hit, pero no se quedan atrás “Viejos patéticos”, “Para que estoy aquí” y “Mirando las guerras por TV”.
1985: Después de un ’84 donde lo más destacado fue la presentación del disco en el estadio Obras, la banda sufrió sus primeros cambios: Hari B dejó vacante el puesto de guitarrista, que fue tomado por Stuka, y el “Polaco” Robert Zelazeck ingresó como bajista. En este ’85 grabaron su segundo álbum con el cual llegaron al pico de consideración masiva. “Y ahora qué pasa, eh?” presentó a la banda haciendo “pop duro”, con mucha energía pero más melodioso. Gracias a los temas “Uno, dos, ultraviolento”, “Comunicado 166” y “Revolución interior” el grupo sonó en las radios y se le abrieron puertas para tocar en el exterior. Fue a uno de los mejores años de Los Violadores.
1986: Fue un año de gran actividad para el grupo porque, con el material sobrante del segundo disco, editaron “Uno, Dos, Ultravioladores” -el primer maxi argentino-. La placa fue presentada en vivo en Paladium, el 7 de junio, y dos días antes los cines porteños tuvieron en sus pantallas a Los Violadores cantando en el film nacional “Sobredosis”. Recorrieron con gran éxito Chile, Perú y Uruguay y al regresar editaron “Fuera de Sektor”, el tercer disco.
Fue el disco más polémico del cuarteto porque dejaron atrás la energía del “pop duro” para internarse en climas densos, oscuros, con inesperadas instrumentaciones de teclados y percusión.
1987: Al igual que el primer disco, Michel Peyronel se encargó de la producción del flamante “Mercado Indio”; un disco que captura el espíritu y la atmósfera experimentada por la banda en sus viajes a Perú particularmente. “Bombas a Londres”, “Violadores de la ley” y “Aburrido divertido” fueron lo mejorcito de la placa. La presentación oficial fue en Obras con lleno total.
1989: Nuevo cambio en el grupo; Sergio Gramática dejó su batería y Sergio Vall tomó la posta. Con el nuevo integrante Los Violadores adquirieron una marcha más segura y firme. Sin embargo, las variantes sólo se pudieron cristalizar a medias en el disco editado ese año. “Y que Dios nos perdone» contiene buenas canciones, pero el sonido distó mucho de lo que el grupo estaba acostumbrado a dar. De todas maneras, hay temas que otorgan cierto brillo como “Contra la pared”, dedicado al juez Piotti, luego de que ordenara detenerlos y encerrarlos en prisión por cinco días luego de un confuso procedimiento. El grupo fue acusado, sin prueba alguna, de tenencia de drogas. Otros temas destacados son “Ellon son” y “Aunque se resistan”.
1990: Pil, Stuka y Cía. se dieron el gran gusto de adelantar su décimo aniversario lanzando “En vivo y ruidoso”, disco grabado en vivo en el estadio Obras el 18 de agosto ante más de cinco mil personas. Temas de todas las épocas y el inédito “Ruidos” formaron parte de uno de los mejores discos nacionales grabados en vivo.
1991: En el mes de abril el estadio Obras fue testigo del aluvión punk desatado por los Ramones, en su segunda visita. Los Violadores fueron la indiscutida banda invitada y obraron como un excelente aperitivo para el siguiente plato fuerte. En Agosto realizaron una pequeña gira por el sur del país y tres meses después lanzaron “Otro festival de la exageración”, su último álbum. A mediados de noviembre coparon nuevamente el “templo” del rock local para presentar la placa en forma oficial. Un sonido impecable, luces y rayos laser y el feedback único entre la banda y el público caracterizaron a este gran concierto.
1992: Es el año más dramático de Los Violadores: en enero Stuka se tomó unas vacaciones en medio de algunas discusiones internas; al regresar se encontró con que la banda colocó a un reemplazante. Los shows del grupo, sin Stuka, son batallas campales en donde un sector del público manifiesta abiertamente su rechazo a cualquiera que tome el lugar del guitarrista original. Cuando todo parece seguir su curso, con el Tucán como nuevo violero, el “Polaco” Zelazeck decide dejar la banda por diferencias en cuanto a la planificación de shows y pasos futuros del grupo. Á fines de mayo se conoce la noticia de que Los Violadores darán su último adiós el 19 y 20 de junio en el estadio Obras. Es el fin de la odisea violadora.
EL CORTE FINAL
Desde hace dos años Esteban Cavana es el mánager de Los Violadores. Pelo habló con él y dijo: «Los Violadores se separan por varias razones. Primero, por el manoseo que se dio últimamente, después por las típicas peleas de grupo luego de estar junto por once años, pero principalmente porque, si bien Pil es el violador más importante, él sabe que Los Violadores eran con Stuka, Sergio Val y el Polaco; y ahora quedaban sólo Pil y Sergio. Entonces, nos pareció honesto y ético tomar esta decisión».
Pelo: ¿Qué nos podés adelantar del show en Obras?
E.C.: Queremos invitar a todos aquellos que tuvieron que ver con la banda. Todavía no hay nombres confirmados pero nos gustaría contar con Diego Arnedo, el «Chino» Vera, Maxi (un bajista amigo del grupo), Daniel Castro (Los Guarros), Pappo, Michel Peyronel y Beto Zamarbide. Van a hacer temas de todas las épocas y el recital será grabado en vivo tanto en audio como en video, pero por el momento no hay planes de editar el material.
El motor del rockandroll
Sin Stuka ni el Polaco Zelazek pero con las ganas de rockear que son la constante desde hace diez años, Los Violadores salieron a escena a eso de las tres de la mañana. Abrieron con “Violadores de la ley” y le pegaron duro a lo que seña uno de sus últimos conciertos, ya que el 19 y 20 de junio planean despedirse de sus seguidores en Obras. “Ellos son”, «Mercado Indio», “Motores y rock and roll” y “Más allá del bien y el mal» (dedicado como siempre a Ronald Reagan) fueron los puntos más calientes de un show apretado y de ritmo zigzagueante en el que descolló un Pil eufórico. El Tucán en guitarra y Maxi en bajo suplieron a los ausentes y tomaron la bandera de un grupo con el que “ni el clero ni la política ni los militares pudieron”, en una noche donde el fío desapareció como por encanto…