Son argentinos y volaron al Mundial, pero no juegan al fútbol. Los Karamelo Santo están iniciando una gira europea que los llevará a tocar junto a B-52’s, Depeche Mode y Manu Chao en tres megafestivales organizados en el marco del torneo. Antes de viajar, Goy, uno de los conductores del grupo, conversó con nosotros.
En la casa de los Karamelo de La Boca, ubicada a solo cinco cuadras de La Bombonera, hay revuelo y se entiende: faltan pocas horas para que la banda mendocina de origen y bostera por adopción viaje una vez más a Europa, esta vez para hacer una gira de magnitud inusitada, porque incluirá actuaciones en tres megafestivales organizados en el marco del Mundial de Fútbol, con lo cual accederá a un sitial que pocos habrían imaginado para un grupo argentino y que -por que no decirlo- muchos estarán envidiando. Pero en la habitación que es control del estudio de grabación que el grupo tiene aquí, donde Goy recibe a este cronista, todo se transforma cuando aparece Homero, hijo del dueño de casa, en brazos de Sara, su mamá. El niño de sólo siete meses, que tiene unos impactantes ojos claros, concentra la atención de todos. En ese momento es cuando Gody Corominas, uno de los nuevos integrantes de la banda -aunque viejo conocido, porque también es mendocino e incluso había tocado en una de las primeras formaciones del grupo-, elogia al bebé diciendo que aunque es tan chiquito, ya es independiente como la banda de su papá porque trabajó para pagarse los primeros pañales… Hay risas y después, la explicación de Goy: resulta que, por una casualidad, Homero llegó a ser actor de TV ¡como el hijito recién nacido de Floricienta!. En ese rol, sin entender mucho, claro, grabó una decena de programas y se ganó un dinero interesante, hasta que sus papás temieron que se estresara y dejaron de llevarlo a los estudios, prometiéndose que el niño no volverá a trabajar hasta que sea mayor.
Homero tiene no sólo tres camisetas de Boca del talle más pequeño que existe, regalada por amigos de su papá, y un equipo completo de Godoy Cruz, el club mendocino que acaba de subir a primera -los primeros amores no se olvidan-, sino también una canción dedicada, Mi plantita chiquitita, que figura en el flamante «La gente arriba!», el disco que Karamelo Santo editó hace un par de semanas, en forma independiente como los anteriores, y que, luego de un concierto de estreno en Buenos Aires concretado hace unos días, mostrará en vivo en Europa.
Esto de viajar al Viejo Continente no es nuevo para Karamelo Santo, porque es allí donde ha desarrollado su principal campo de actividad. Pero esta vez el viaje de casi un mes será muy especial, porque tres de las 14 actuaciones programadas serán en megafestivales organizados en el marco del Mundial alemán (el viernes 16 en Dortmund, el martes 20 en Nüremberg y el miércoles 21 en Münich), en carteleras que colocan al grupo argentino entre las principales atracciones junto a B-52’s, Depeche Mode y Manu Chao. Esta oportunidad, tan magnífica que al principio parecía imposible de que se concretara, hizo que los planes del grupo se adelantaran, por lo que «La gente arriba!», el quinto disco de la trayectoria de esta banda (los anteriores son «La Kulebra» de 1995, «Perfectos idiotas» de 1997, «Los guachos» del 2001 y «Haciendo bulla» del 2004), se editó unas semanas antes de lo pensado y el show para su presentación fue preparado con la mayor celeridad.
Y ahora lo que viene es el viaje. Pero mientras las valijas y los bártulos técnicos esperan ya listos, Goy conversó con este cronista sobre el grupo, el nuevo disco, las raíces, el éxito y el futuro. Eso es lo que podés escuchar aquí. Que lo disfrutes.
El nuevo Karamelo
La nueva formación de Karamelo Santo es un noneto, con algunos viejos conocidos y otros recién llegados. La integran Guillermo Ogalde (Goy) en guitarra y voz y Pedro Rosafa (Piro) en percusión y voz -la primera línea-, Lucas Villafañe en teclado y acordeón, Diego Aput en bajo, Gody Corominas en percusión y voz (hasta aquí, todos de Mendoza), Pablo Clavijo (de La Plata) en saxo alto y piano, Mariano Ponce de León (de Ushuaia) en batería, Martino Gesualdi (de Necochea) en trombón y Nahuel Aschel (de Olavarría) en trompeta.