En su sexto disco, “El fin del invierno”, la cantante relata una larga estación gélida comprendida entre finales de 2019 y comienzos de 2024 con la pandemia de fondo y los distintos matices de esa temporada que se ven reflejados en las nueve canciones que lo conforman.
“Así y todo, hacia 2022 no sabía bien qué quería contar en ese puñado de notas y melodías desparramadas en libretas, alguna canción que había quedado fuera del disco anterior porque ahora entiendo que hablaba de algo que me esperaba más adelante, los rumores que iban y venían en forma de ideas, hasta que di con ese pasaje de ‘Las ciudades invisibles’ de Italo Calvino en el que dice ‘El hombre camina días enteros entre los árboles y las piedras. Raramente el ojo se detiene en una cosa, y es cuando la ha reconocido como el signo de otra: una huella en la arena indica el paso del tigre, un pantano anuncia una vena de agua; la flor del hibiscus, el fin del invierno’– explica More Gemma sobre su flamante álbum-. Y ahí me dije esto es lo que quiero contar. Era un acto de fe porque yo seguía sumida en duelos varios que, como todo duelo, tienen dos características fatales: son insobornables y no son lineales”.
¿Está muy presente la tristeza?
Un álbum oscuro no iba a salir, tampoco me interesaba forzarlo. Lo mío es más la “melancólica alegría” como alguna vez la describió Reynaldo Sietecase hace muchos años. Sí quería poder relatar los duelos que atravesé, el acto de humildad que supuso llorar lo amado, la bienvenida que le di al lugar donde ese tránsito me depositó y volver a apostar a ese flechazo hacia lo que viene, mi forma de esperanza.
¿En qué se diferencia “El fin del invierno” con los anteriores 5 discos?
Le tuve paciencia y respeto a las canciones como nunca antes. Lo primero se nota en los cuatro años que me llevó escribirlo. Lo segundo, en que hay pocos estribillos. No forcé las formas, me juré recibir a las canciones en el formato en el que se presentaran, intentar no estorbar. Trabajé mucho las letras porque realmente creía que los textos acá eran centrales. Pero también, después de dos discos (“La sabiduría del mar”, disco de guitarra y voz; “Melancholia Borealis”, disco instrumental de cámara) volví a reunir a la banda: Mu Sánchez, Paco Arancibia y Manu Caizza. Involucré en la técnica a quienes amo y en cuyo oficio confío plenamente: Natalia Perelman, Constanza Sánchez, Tatu Estela. Lo produje artísticamente, estuve en cada detalle, generé la intimidad necesaria con cada cual que tocó, hice los arreglos. Para cuerdas y vientos, las programaciones de loops y beats, hice la técnica de algunas sesiones, toqué las guitarras, canté. Entonces fui productora artística, técnica, arreglista, la poeta y la cantante. Algunas de esas cosas son las que hago en la vida cotidiana para discos de otra gente. Paradójicamente, aunque parezca que hice un montón, siento que delegué energía como nunca, me sentí bien rodeada y con la cabeza abierta durante todo el trayecto. De hecho, realmente acredito como co-productores y coproductoras a quienes tocan, operaron sesiones, etc.
Con 6 discos editados, ¿en qué cosas seguís encontrando motivación o inspiración para componer nuevas canciones?
Es muy misterioso, no sé si puedo nombrar esa motivación. Mi forma de contarme es haciendo discos. Es un privilegio inmenso tener un mapa vital retrospectivo en canciones. Cada tantos años siento el pulso compositivo y voy descubriendo que hay algo por contar. A veces tengo proyectos de discos más concretos: por ejemplo, el instrumental. Ahora tengo un faro, un proyecto que quiero desarrollar en los próximos años que es un disco que involucre a otras voces queridas, pero no tiene que ver con la canción confesional, con ese lugar de mi intimidad que abro en mis discos a quien quiera escuchar, sino con una voz más amplia. Me parece que la parte de mis álbumes de canciones me agarra más desde las vísceras, desprevenida, y se van revelando lento.
¿Dirías que es un disco para hacer qué actividad?
Creo que es un disco para el viaje en auto, pero también creo que se presta para todo, pero eso depende mucho de las personas.
¿Qué planes se vienen en la agenda de More Gemma para el verano?
Andaré por La Posada produciendo el disco de una cancionista de El Bolsón y grabando. Voy a empezar a pre-producir la presentación en vivo de este álbum que será en abril: buscar lugar, apalabrar gente, armar lista, pensar arreglos nuevos para canciones de discos anteriores. Quiero que sea un concierto realmente singular. No creo que toque durante enero o febrero, pero quiero empezar a cranear una posible gira con mi guitarra para todo el año por varias ciudades del país desde marzo, y por España en mayo.