En pocos días se conocerá un nuevo trabajo discografico del prolífico Miguel Cantilo. «La nueva vanguardia» tal el titulo del álbum puede ser la oportunidad que el líder de Pedro y Pablo necesita para recuperar el apoyo del público.
Hace poco menos de un año, Pelo cubría las instancias de gira nacional de Pedro y Pablo, una gira coronada por la masiva respuesta del público. Poco tiempo después, Miguel Cantilo anunciaba las «vacaciones» del dúo y su lanzamiento como solista. Un viaje a los Estados Unidos y la grabación de «Unidad» fueron los primeros pasos de la nueva etapa de Cantilo. Y para sorpresa de sus productores, la respuesta obtenida no fue ni por asomo similar a la de otros tiempos. Sin embargo, cantilo no se rindió y siguió adelande. Ahora tiene listo un álbum —titulado «La nueva vanguardia» que se editará en estos días. Simultáneamente aparecerá en Venezuela, México y Colombia la recopilación que grabó en Nueva York el año pasado. «La nueva vanguardia» (anteriormente anunciado como «Golpe de rock») será una nueva oportunidad para el público de juzgar la tarea de un músico que, tanto en el éxito como en el fracaso, está dispuesto a seguir luchando con sus mejores armas: la voluntad y la honesüchd.
BUSQUEDA EN SOLEDAD
Hace poco menos de un año, Pedro y Pablo eran un suceso masivo. Lo que vos estás haciendo actualmente no tiene esa misma repercusión. ¿Cómo vivís esta circunstancia? ¿A qué la atribuís?
El éxito masivo es un logro que uno va forjando con el tiempo. Es como una montaña que uno sube y cuando llega arriba quiere bajar para subir otra. A mí me pasa eso. Hay gente que prefiere quedarse arriba de la montaña que subió, pero yo me siento un poco como un alpinista que llega a la cumbre de una montaña y dice «bueno, esta montaña ya la subí, ahora quiero subir otra más alta». Y entonces emprende la bajada. Claro, bajar siempre es peli’ groso porque te podés caer. Además, muchas veces la gente te dice «Por qué bajaste si estabas arriba». Es una experiencia muy especial que yo vivo con toda la fuerza de lo que me atrae de la próxima subida. En realidad, no es una cuestión sino un logro que tengo en mente desde hace años: quiero hacer algo yo solo. No digo como solista porque estoy acompañado de unos músicos excelentes, sino solo en el sentido de sin Pedro y Pablo. El motivo es estrictamente musical.
¿Se puede decir que en este momento estás atravesando una etapa de búsqueda?
Sí, aunque yo siempre voy a estar en la búsqueda. Tengo algunas cosas concretas y otras en elaboración, pero te podría adelantar que tengo tres longplays compuestos. Tengo ideas solo e ideas con Jorge pensadas para el futuro. No pienso abandonar el trabajo con Pedro y Pablo; simplemente, lo hemos relegado por un tiempo. Tengo una gran cantidad de material compuesto y además sigo componiendo permanentemente. En este momento estoy viendo la posibilidad de encarar obras argumentales porque me cansa un poco el hecho de hacer únicamente canciones.
Ahora que pasó el tiempo. ¿cómo ves «Unidad»?
Los otros días un periodista me dijo que no entendía como «Unidad» fue abandonado a la falta de difusión y a la falta de una presentación adecuada. Se cometieron errores en la producción y se sobredimencionó la capacidad de convocatoria de Miguel Cantilo. Yo no manejo la producción pero sí la manejara tal vez no habría hecho la presentación en un teatro tan grande. El Broadway me quedó grande. Yo reconozco que con Miguel Cantilo estoy empezando de cero. Hay mucha gente que no sabe que Miguel Cantilo es de Pedro y Pablo y también hay gente que piensa que Miguel Cantilo es un artista nuevo. Yo estoy comenzando de nuevo. O continuando el camino que inicié con Punch, que vos sabés que fue un camino bastante ingrato, que reboté con mucho público, que no tuvimos trabajo. O sea que estoy hilvanando una cosa que no es fácil. Con respecto a «Unidad», viéndolo a la distancia, pienso que es un buen disco. Creo que mucha gente lo va a descubrir con el tiempo. Va a descubrir cosas que no son indudablemente del gusto masivo ni tampoco son de lo que gusta en este momento. Pero yo me acuerdo que cuando saqué «Yo vivo en esta ciudad» vendí en principio la misma cantidad de discos que ahora con «Unidad». Con el tiempo los te:ias se impusieron. Yo creo que con «Unidad» va a pasar lo mismo. Lo que me tranquiliza de ese longplay es que me siento expresado, siento que soy yo.
A esta altura de tu carrera, ¿no te molesta tener que empezar de nuevo?
No, para nada. Es lo que te decía antes de la montaña. Quemar las naves. Las veces que me fuí del país también tuve que empezar de nuevo en el exterior. Empezar de nuevo es entretenido, es divertido. Lo que para mí es muy aburrido es ser famoso. Ser famoso al punto de que uno no pueda andar tranquilo por la calle, que te pidan autógrafos. Por suerte, yo todavía no soy tan famoso y me puedo mover por la calle sin que la gente me reconozca. Hay climas de fama que te hacen perder la libertad de estar entre la gente. Y eso es lo más preciado para mí.
Los artistas contestatarios fueron tomados por la gente como un simbolo de la oposición al gobierno de facto. ¿Eso les creó una responsabilidad demasiado grande?
Sí, yo creo que aún habiendo desaparecido el gobierno de facto esa responsabilidad sigue intacta. Ahora hay que oponerse a cualquier posibilidad de gobierno de facto. Tenemos que estar al acecho de cualquier olvido que pueda existir en la gente. A mí me gustaría ahora empezar a hacer un poco de historia. Por eso a veces me mando a los pubs a cantar solo —algo que para muchos es una actitud extraña para escarbar en la parte histórica. Hay canciones que no pude editar por una falta de continuidad discográfica. Esas canciones hablan sobre fenómenos que sucedieron acá en los últimos años, gente importante que mataron. Por ejemplo, téngo una canción dedicada al Negro Julio, un músico de rock que murió a principios del ’70. El fue baleado por una sospechosa pistola 45 en el Rosedal. Yo quiero hacerle recordar a la gente lo que fueron los gobiernos de facto, que no se olvide de la represión. En el ’73, ’74, la gente se fue olvidando de la dictadura y en el momento en que se distrajo demasiado, chau, otro golpe militar y de vuelta a foja cero. Yo creo que la oposición al gobierno de facto se debe mantener aún cuando el gobierno de facto no esté en funciones. Hay que recordar todo lo que pasó: los desaparecidos, las torturas. Hay que recordar los tiempos en que no se podía hacer rock y había que irse, Eso es no volver al pasado sino abrir el camino de un presente con libertad. Hay que cimentar la libertad que poco a poco vamos obteniendo.
La cultura fue muy vapuleada en los últimos anos. ¿Te parece que todavía se está a tiempo de reconstruirla?
Si. Hay una buena predisposición. Pero yo creo que hay algo que es fundamental: la educación. Eso a veces se olvida un poco’ La cultura se hace con educación y acá hay una crisis educativa enorme. Además, la educación es estricta y es casi fascista. La libertad que nosotros pedimos para nuestra cultura también tenemos que luchar para que la tengan nuestros hijos en la educación. Que no haya imposiciones de caracter oficial, que haya imposiciones en la enseñanza religiosa, imposiciones en la parte legal y jurídica en cómo se educa a
an chico. Que haya una libertad para educar y asi, educando, se va a poder llegar a una cultura más amplia. La cuestión no viene desde la adolescencia, la cuestión viene desde la cuna. Cuando a un chico se le inyecta desde la cuna la cuadratura mental, el fascismo, el militarismo, es muy difícil que se lo pueda sacar de encima al llegar a la adolescencia. Educación y cultura van de la mano.
¿Cómo vas a encarar tus próximos trabajos? ¿Cuáles son tus planes?
Toda mi energía está puesta en «La nueva vanguardia», mi nuevo disco. Quiero salir a trabajar mucho en el interior. Estamos viendo cómo podemos encarar los costos que realmente son muy altos. La banda está sonando muy bien. Estoy contentísimo porque está fogueada. Tenemos muchas ganas de tocar y pienso• que para mayo estaremos actuando en todo el país.
¿Y Pedro y Pablo?
Está en receso. A pesar de eso tenemos un longplay armado con Jorge nos estuvimos juntando durante el verano para armar un disco que ya está compuesto y diagramado. Todavía no tenemos fecha de grabación pero será un poco más adelante. El hecho de trabajar cada uno por su lado obedeció también al deseo de devolverle a Pedro y Pablo su identidad y sacarle un poco la identidadCantilo o la identidadDurietz. Yo entiendo que Pedro y Pablo se fue desvirtuando un poco de lo que era al principio por el exceso de rock de mi lado. También se desvirtuó por la insatisfacción de no haber realizado carreras individuales. Al poder abrirnos y hacer cada uno por su lado lo que realmente queremos musicalmente, pienso que Pedro y Pablo va a cobrar una dimensión más relativa a lo que era en un principio. Pedro y Pablo era un dúo urbano, con una música tranquila que pinta la ciudad en forma costumbrista. Pedro y Pablo fue un dúo trovadorezco y eso se desvirtuó con el tiempo. Ahora queremos devolverle su verdadera esencia.