La banda argentina disfruta del lanzamiento de «Blah blah» a través del sello independiente Argie Pop Records, con la participación especial del pilar del movimiento 2-Tone: Neville Staple (ex vocalista de The Specials) y su compañera Christine Sugary Staple.
Abordando el estilo del ska británico y jamaicano desde el 2014, Kato Ska se completa con los nueve integrantes que actualmente llevan adelante el proyecto: Maximiliano «Kato» Delmás en guitarra y voz; Rubén «Topo» Domínguez en guitarra y coros; Leandro «Lea» Bertoni en bajo; Nahuel «Palmer» Sosa en saxo tenor; Lucas «Bambino» Canepa en saxo alto; Fabián «Fafa» Morresi en trombón; Gustado «Dino» Tarditti en trompeta; Alexis «Pity» Bonafert en batería; y Dante Clementina en teclados.
Durante diciembre del 2019 graba su primer material discográfico, «Argento Ska», en Estudio Bermudas, con masterización a cargo de Mario Siperman (Los Fabulosos Cadillacs) y edición de Argie Pop Records.
El 2020 predispone al rodaje del corte «Sirena del mar», seguido de «Noche de horror», que cuenta con el aporte especial de Martino Gesualdi (Dancing Mood) en trombón.
En paralelo, Maximiliano resulta miembro fundador de Ska Argentino, un colectivo gestado en pandemia con la intención de hacer más federal el estilo. El integrante se involucra como maestro de ceremonia y productor, junto con otros artistas destacados, para desarrollar diferentes actividades y conciertos virtuales; tanto en nuestro país como en Chile y Perú.
Actualmente, el proyecto apuesta en grande y disfruta del lanzamiento de «Blah blah», con colaboración internacional y producción de primer nivel, a través de las tiendas digitales y su canal de YouTube.
¿De qué manera nace Kato Ska?
Maximiliano «Kato» Delmás: Yo era baterista y compositor en otra banda. En un momento me agarra una patota y me lesiona el brazo, al punto de no poder tocar más ese instrumento. Paso por varias operaciones para movilizarlo y al día de hoy es de manera limitada. Tratando de volver a hacer algo con la música, empiezo por la guitarra; que es mi segundo instrumento en el conservatorio. Hablo con el violero del anterior proyecto y le digo que vamos a salir a tocar de manera improvisada en formato dúo. En el primer bar que encontramos nos metemos y hacemos ocho canciones del ska clásico. Esa noche peleo con muchos demonios y resulta nuestro debut, sin nombre. La segunda vez ya vamos en fomato trío con el saxofonista y hoy somos nueve integrantes.
¿Cómo se da la posibilidad de grabar «Blah Blah» junto a Neville y Christine Sugary Staple?
Kato: Empezamos a hacer una maqueta y surge la posibilidad de grabar en el estudio Kangrejoz Records, de Goy (Karamelo Santo); y TDR junto a Lucas Becerra. Con el demo casero inicial, Neville y Sugary suman las voces. Después se realiza la grabación correcta, utilizando ese material. La canción entera va y viene hasta hermanar pensamientos e ideas musicales. La interacción en sí surge de una serie de contactos. Yo había tocado con uno de los guitarristas de The Specials, cuando vino en 2018, y le mandamos esta evidencia, destacando el sueño de poder colaborar con alguien de la legendaria banda. Se plantea de un artista a otro, entendiendo las dimensiones entre un músico con cuarenta años de experiencia internacional y un proyecto emergente como Kato Ska. Apelando a la necesidad artística de unificar dos mundos diferentes, a través de valores de un estilo. Christine, que es como la manager de Neville, responde que de la cantidad de temas que recibe en el año, este les encanta y que pueden colaborar. También coincide en que la pandemia los tiene sin shows y pueden hacerse el hueco para participar de la propuesta. Me sorprende mucho la calidez y humildad de las personas. A su vez, resulta increíble que un pilar del movimiento escuchara una de mis canciones. Se les manda la letra original y una traducción para que vean de qué trata. Ellos crean alrededor de eso todo lo que se escucha y participan activamente en el proceso.
¿Por qué Neville y no otro de los músicos?
Kato: Porque Neville es el «Ser Tuton» y el condimento máximo.
¿Qué buscan transmitir?
Kato: Va a sonar medio romántico, pero creo que la canción termina envolviéndote a vos. No sentí que buscara algo en especial, sino que salió sola. Lo que la letra transmite es un grito, que más de uno debe tener adentro. Todo el mundo habla de lo que hace el otro, pero no se mira a sí mismo.
¿Cómo sortean la distancia para realizar la producción audiovisual?
Kato: Lo primero que me planteo es cómo realizar un videoclip a la distancia, que no parezca formato pandemia. Todo el 2020 nos tomamos el ejercicio de hacer varias producciones audiovisuales con las herramientas que tenemos y produciéndolos junto a Manchesta. Se lleva adelante en marzo de este año y nos divertimos muchísimo. Es una catarsis muy buena a falta de shows. Algo que une a las personas a través de la distancia es el teléfono y uno de los iconos característicos de Inglaterra son las cabinas. Debido a la pandemia, no podemos llevarlo adelante en la calle, pero exploramos otros recursos y resulta espectacular.