Andrés Calamaro nació el 22 de agosto de 1961 en la Capital Federal. Aprendió a tocar el bandoneón a los 8 años y a los 17 ya manipulaba los teclados en el grupo de candombe-rock Raíces, con quienes debutó en las bateas en el disco “B.O.V.”. Pero tras un fugaz paso por la Elmer’s Band se incorporó a Los Abuelos de la Nada, la agrupación de Miguel Abuelo que grabó cinco discos entre 1982 y 1986. Compuso dos de los hits más destacados de la banda: “Mil horas” y “Sin gamulán”.
Andrelo cursó, durante poco tiempo, la carrera de abogacía para finalmente dedicarse de lleno a la música. Probó suerte con la Chorizo Colorado Blues Band, que formó con su amigo Gringui Herrera, para intentar después con una agrupación que seguía la línea de The Platters, inclinándose por el rock, para así definirse de nuevo junto a Herrera en lo que sería su proyecto Elmer’s Band, al que se sumó Eduardo Cano, posterior bajista de Los Twist.
Calamaro tocó como músico de sesión para artistas muy variados como los hermanos Makaroff y Julián Petrina. Zeta Bosio lo invitó a unirse a una banda local llamada The Morgan, que posteriormente pasó a llamarse Proyecto Erekto al que se sumó Gustavo Cerati, en lo que finalmente se convirtió en Soda Stereo, aunque ya sin la presencia de Calamaro.
Gracias a la ayuda de su amigo Alejandro Lerner y de Pipo Lernoud, quienes lo recomendaron como tecladista, fue convocado por Miguel Abuelo para un nuevo proyecto musical. Paralelamente a sus actividades, integró infinidad de grupos, siempre en calidad de invitado. Además de su trabajo en las teclas, colaboró en Los Abuelos con composiciones propias, llegando a ser reconocido como creador del grupo.
Mientras tocaba con Abuelos participó en la musicalización de la obra “Tango salsa” de Roberto Granados, lo que lo impulsó a componer cada vez más temas propios, que eran compartidos con su siempre amigo Augusto Herrera. Finalmente, en 1984 salió a la venta el último disco de estudio firmado por Andrés Calamaro con Los Abuelos de la Nada: “Himno de mi corazón”.
Andrés también formó la Ray Milland Band, agrupación integrada también por Daniel Melingo, Pipo Cipolatti (con quien ya había tenido experiencias musicales en una banda llamada Los Almirantes), Miguel Zavaleta, Camilo Iezzi, Charly García y Pedro Aznar, entre otros, cuando fue grabado el primer disco de Los Twist, “La dicha en movimiento”, en el que AC estaba participando como tecladista invitado.
En 1984 hizo su debut solista, con “Hotel Calamaro”. La producción de algunos temas estuvo a cargo de Charly García y Fito Páez también participó de algunas sesiones, ya que estaba grabando su álbum “Del ’63” en el mismo estudio. Criticado por la prensa, este trabajo fue casi ignorado por el público. Al mismo tiempo, Calamaro abandonó su acompañamiento en la banda soporte de García debido a sus compromisos con Los Abuelos de la Nada. Aquel puesto no quedó vacío por mucho tiempo porque en cuestión de días llegó su reemplazo: el rosarino Fito Páez.
En 1985 integró Las Ligas, la banda que acompañaba a Charly García y registró “Vida cruel”, con Fernando Samalea (batería), Richard Coleman, Gringui Herrera (guitarras), Fabián Von Quintiero (teclados) y Luis Alberto Spinetta como invitado. Pero su tercer disco solista, “Por mirarte” (1987) tampoco tuvo demasiada repercusión, aunque se destacaron algunas canciones. Mismo destino sufrió el cuarto álbum, “Nadie sale vivo de aquí” (1989), pese a la buena crítica de los medios.
El artista tenía ya por entonces tenía una banda estable: Ariel Rot (guitarra), Gringui Herrera (guitarra), el Alemán Schanzenbach (bajo), Ricardo González (batería) y Jordi Polanuer (saxo). Previamente, Andrés, había trabajado en la producción de los discos de Don Cornelio y la Zona, Los Enanitos Verdes y Los Fabulosos Cadillacs.
En septiembre de 1991 emigró a España donde fundó la banda Los Rodríguez, junto a Ariel Rot, Julián Infante y Germán Vilella. Con Los Rodríguez, palabra que tenía un significado español que lo sorprendía (se llama Rodríguez al hombre que sigue trabajando mientras la mujer se va de vacaciones con los hijos, esto le da libertad para hacer cosas que no puede el resto del año), Calamaro volvía a formar una banda a la que se acoplaban Germán Villela en batería, y Daniel Zamora en el bajo. Editaron tres álbumes en estudio (“Buena suerte”, “Sin documentos” y “Palabras más, palabras menos”) y uno en directo (“Disco pirata”). “Buena suerte” (1991) tuvo mucho éxito en Buenos Aires. Este álbum contenía “Mi enfermedad”, considerado un clásico del rock, que a su vez dio la apertura radial a Los Rodríguez en muchos países de Sudamérica.
AC al mismo tiempo que tocaba con Los Rodríguez seguía componiendo. Es así como editó los dos volúmenes de la serie “Grabaciones encontradas”, que incluyen, tal como refleja su título, grabaciones encontradas en baúles, muebles de la casa de sus padres y temas en los cuales el músico es acompañado por personajes como Luca Prodan o Daniel Melingo. Las canciones de estos dos volúmenes fueron compuestas durante 10 años y desechadas alguna vez por Andrés. La experimentación rondó por los dos discos, en los cuales el músico mostró su inquietud artística con producciones en distintos estilos, y tocando a la vez guitarras y pianos. Tres de las canciones más importantes, y que han sido tocadas en vivo por Calamaro, son: “Lou Bizarro”, “No se puede vivir del amor” y “Buena suerte y hasta luego”. En este par de discos se guardó casi una década de experimentaciones instrumentales que fortalecieron más la imagen de un gran artista lleno de capacidad creativa.
La actividad con Los Rodríguez continuó, pero los problemas se empezaron a notar. Hicieron el disco “Palabras más, palabras menos” en 1995 y un año después la agrupación decidió separarse por diferencias artísticas notables entre Andrés y el resto del grupo. Calamaro tenía un liderazgo compositivo de la banda y finalmente decidieron apartarse. Se realizó una recopilación de sus mejores temas, algunos grabados en estudios y otros en vivo. Este álbum recopilatorio se denominó “Hasta luego”, disco que consolidó la banda en lo que a ventas se refiere y que los llevó a realizar una gira española junto a Joaquín Sabina. En 2002 un nuevo recopilatorio salió la venta, titulado “Para no olvidar”, en el que se encontraron algunos inéditos de la banda.
La última polémica aparición, aun estando con Los Rodríguez, fue la que mantuvo con el argentino Charly García, con quien después de haber entablado amistad durante más de 15 años, formó una fuerte y latente pelea que los alejó (dicen los rumores) a causa de una mujer.
El talentoso y prolífico músico no se detuvo y en 1995 compuso la banda de sonido de dos películas nacionales: “Caballos salvajes” (segundo trabajo de Marcelo Piñeyro tras su popular “Tango Feroz”) y “1000 boomerangs” (opera prima de Mariano Galperín). Ya en 1997, cuando la exitosa etapa junto a Los Rodríguez había concluido, Calamaro emprendió un nuevo proyecto que lo llevaría a Estados Unidos. En este país grabó, junto a músicos de sesión, los temas de su nuevo trabajo como solista, que se tituló “Alta suciedad”. El disco superó las 500 mil copias vendidas en todo el mundo y llevó al músico a realizar gran cantidad de recitales, en los cuales compartió el escenario con músicos como Fito Páez y Joaquín Sabina, entre otros. También participó del álbum “Chiapas”, para el cual grabó el tema “Media Verónica”, presente precisamente en “Alta suciedad”.
El álbum doble en 1999 fue “Honestidad brutal” que ya que tuvo más crudeza que los anteriores. Al años siguiente, después de hacer una selección de 300 temas de 500 que grabó, viajó a España con sus músicos (Ciro Fogliatta, Guillermo Martín, Candy Caramelo, Gringui Herrera, Niño Bruno y el guitarrista Coti Sorokin) y grabó las 103 canciones que fueron presentadas en “El salmón”, un álbum histórico para la industria musical por contener cinco discos.
El Salmón entró en varios años de silencio antes de su siguiente trabajo. Publicó varios temas inéditos en internet, pese a la presión de la industria discográfica en contra del mp3. En 2004 se despachó con “El cantante”, un disco casi acústico de canciones clásicas del repertorio latinoamericano y tres composiciones propias. También en “Tinta roja” realizó una selección de otros autores, en este caso del mundo del tango. Entretanto de esos discos, Andrés regresó a Argentina para presentarse acompañado por Bersuit Vergarabat. Este show, documentado en “El regreso” (obtuvo el premio Gardel de Oro y varias menciones), fue una reedición en vivo de clásicos recientes.
El “El palacio de las flores” no concretó un retorno masivo como podría imaginarse, sino algo mucho más artesanal, trabajando junto a Litto Nebbia. En 2006 llegó un homenaje cuando se lanzó “Calamaro querido! Cantando al Salmón”. Un disco tributo a Andrés, cuyo elenco incluyó a buena parte de los históricos del rock argentino como León Gieco, Lito Nebbia, Pedro Aznar, Fabiana Cantilo y Fito Páez. Grupos como Los Fabulosos Cadillacs, Los Pericos y Los Auténticos Decadentes, y músicos de otras latitudes como Joaquín Sabina, Niña Pastori, Julieta Venegas, pasando también por algunos nuevos talentos como el catalán Muchachito Bombo Infierno, dos personalidades que quedaron fuera por cuestiones de última organización fueron el argentino Gustavo Cerati y el español Alejandro Sanz.
El gran retorno de A.C. a las bateas fue, efectivamente, con “La lengua popular”, una colección de doce canciones que incluyen el sello de Calamaro: estribillos, poesía, letras finas, ironía, mezcla de ritmos. Sin dudas, uno de los discos más importantes de ese año.
En enero de 2007, Calamaro fue padre por primera vez de su primera hija Charo, junto con la actriz Julieta Cardinali. Dos años después, y a raíz de la celebración de los 10 años de la revista Efe Eme, El Salmón ofreció otro disco inédito: “Nada se pierde”, cargado de temas desconocidos hasta la fecha. Entre las canciones incluidas figuraba inéditos post-Salmón (2000-2003), versiones de artistas como Bob Marley, Sumo, Moris, y Luis Alberto Spinetta, una grabación encontrada de la gira “Honestidad Brutal”, y finalmente dos cortes en directo, extraídos de su gira “La Lengua Popular”.
La abundancia creativa de Calamaro superó lo conseguido con “El salmón”, en 2009, con “Andrés, obras incompletas” que fue un box-set de seis discos, dos DVDs y un libro, que incluyen recopilaciones, inéditos y rarezas seleccionado personalmente por el propio autor. También se publicó una edición acotada, de tan sólo 18 cortes. Finalmente cerró 2009 de la mejor manera ya que en los premios Grammys Latinos, fue reconocido con el galardón Mejor Álbum Rock Vocal, por su disco “La lengua popular”.
En junio de 2010 se publicó su material de estudio: “On the rock”. La idea fue grabar un material junto a sus compañeros de gira. Andrés invitó a artistas de la talla de Calle 13, El Langui, Diego el Cigala, Enrique Bunbury, Niño Josele, Loquillo, Pereza y Jerry González. A la semana de su publicación, se colocó en el numero uno en las listas de ventas de España. Ese año también se casó con Julieta Cardinali.
Al año siguiente Andrés Calamaro realizó una obra doble llamada “Salmonalipsis Now”, que contó con 54 canciones en total, varias extraídas de su trabajo “El Salmón” y algunas inéditas. Este disco fue presentado en una gira por España, realizada entre los meses de mayo y junio. Ya en 2012 se reeditó “Tinta roja”, aquel álbum homenaje a 10 clásicos del tango argentino editado originalmente en 1996.
Con almar de hit, “Cuando no estás” fue el primer corte de “Bohemio”, que tuvo una reedición con DVD de la película “Bohemia”, de Leo Damario. En el film, dirigido en riguroso blanco y negro, actúan Carla Quevedo, Micaela Breque y el propio Andrelo. Los papeles secundarios están a cargo de las chicas Kafka y otros extras.
Calamaro presenta dos ediciones. Por un lado “Jamón del medio”, un CD en vivo grabado en España durante sus conciertos en Santander, Barcelona, Madrid y Fuengirola; y por el otro “Pura sangre”, cuyo CD contiene temas en directo registrados en el Hipódromo Argentino de Palermo, en Buenos Aires y en otras localidades argentinas, así como en shows dados en Colombia y México. El DVD, por su parte, contiene imágenes tomadas de los conciertos en varios países de Latinoamérica.
La carrera de Andrés Calamaro se engrosó aún más cuando en 2015 se conoce el sencillo y video de “Crime” de Cerati, registrado en vivo junto a Enrique Bunbury durante la gira que realizaron ambos artistas en México el año anterior. Se incluye en el álbum en directo que editan juntos el 14 de abril bajo el título “Hijos del pueblo”.
En 2016 se edita “Grabaciones Encontradas Volumen III – Romaphonic Sessions”, en CD, vinilo y digital. Fue grabado en los estudios Romaphonic durante dos tardes, por Andrés Calamaro y el pianista Germán Wiedemer. En ese entonces fue un ensayo dirigido a preparar el concierto que abriría el show de Bob Dylan, en Donosti, España. Luego resultó ser un disco.
El Salmón se embarcó en la gira “Licencia para cantar”, la primera en formato acústico en toda su carrera. Llegó otro simple con “La noche”, primer sencillo de su nuevo álbum “Volumen 11”. Una de sus 18 canciones fue “Apocalipsis en Malasaña”, que formó parte del film “El Bar”, de Álex de la Iglesia. En 2018 lanzó “Verdades afiladas”, otro corte previo a una nueva placa.













