El FestiPez mostró diversos aspectos de la movida under nacional de la mano de Ariel Minimal.
Pez comenzó a despedir el año con amigos. En Niceto Club se reunieron Flopa, La hermana menor, Sur Oculto y Gabo, para anteceder y luego acompañar en distintos temas a Pez, la banda liderada por Ariel Minimal (ex Fabulosos Cadillacs).
Desde las 20 hubo música en el escenario, cuando sola y relajada, contenta y sacando pecho ante el público que se acercó a Niceto para vivir el FestiPez, Flopa encaró al público con melodías cálidas y un atrayente set de minitemas.
Luego sorprendió Sur oculto, trío que sin más que un bajo, batería y teclado, y sin decir una palabra sobre la música, tocó canciones muy sugestivas.
Luego fue el turno de Gabo, un músico con una voz extraordinaria y letras bien concretas. Éste, acompañado por Ariel Minimal en la mitad de su show, logró una fusión entre folclore y rock muy bien acoplada.
Ya eran las once de la noche y habían pasado casi cuatro horas de música calma, asique el público recibió sentado como pocas veces se ve en recitales. Se venía el turno de Pez, el plato fuerte, y el público no se mostraba igual que hasta ese momento. De pie y ansiosos, de a poco se acercaron al escenario para recibir los primeros acordes de “Buda”, un tema que empujó al público al estado casi hipnótico que aparentaron tener durante el resto de la noche.
“Mucha fuerza” y “Poder” terminaron de levantar el ambiente y a los que se habían dormido sobre mochilas o buzos en algún rincón. Luego, el tema que da nombre al último disco, “Para las almas sensibles”, el hit del disco que, dicen, no tiene hits.
Bajaron los aplausos y subió Gabo al escenario para acompañar en “No mi corazón coraza”, y volvió a deslumbrar con su voz y la simpleza con que ejecutó cada uno de los sonidos que abrazan al oído con continuas caricias. Luego se quedaría para hacer “El jardín más bello” y “Retiro terminal”.
También Flopa, la muchacha que horas antes había encarado a un público disperso para transformarlo en uno expectante, subió con una Gibson SG, cuando Minimal anunció la llegada del rock and roll. Y en medio de invitados y zapadas restringidas por el tiempo, sonó “Una casa con diez pinos”, tema de Manal interpretado al estilo Pez. Con extensiones, arreglos musicales y extraordinaria sincronización.
“Faltan miles de años más”, “Lo que se ve no es real” y “Domando tormentas” fueron los temas que siguieron e hicieron que la chica de la barra, el sonidista con la mano sosteniendo su rostro, las pibas que vendían los discos de las bandas que tocaron y todos los demás también, hayan estado prestos a disfrutar de la música de Pez, a dejarse llevar, a no esperar estribillos absurdamente pegadizos ni canciones monótonas y predecibles.
El último tema fue “El cantor”. Al finalizar volvieron a explotar las palmas del publico, como en toda la noche. Ya era de madrugada y la gente parecía estar extenuada y feliz de estarlo, por haber sido participe de una fiesta poco común, con artistas que suenan muy bien y no se escuchan en cualquier lugar.