El sábado 29 de mayo, dentro del penúltimo día del 2º Festival de Cultura Rock “Rosario es el rocanrol”, Jorge Araujo, ex baterista de Divididos, realizó una impecable clínica de batería presentando su nuevo palillo Dr. Drum sticks. La empresa rosarina Dr. Drum fabrica palillos de gran calidad, siendo Araujo su endorser de lujo. Esta clínica, la número 12 que realiza Dr. Drum bajo el nombre de “Rosario golpea”, tuvo mucha repercusión de público, realizándose a sala completamente llena.
Jorge estuvo acompañado por el excelente guitarrista Tito Fargo, y por el “hombre de los vinilos” Guillermo Algarañaz.
Tres espacios diferentes nos prometía el escenario: una batería, un tom acompañado por un ride, y un cajón peruano de gran tamaño. A ellos se sumarían los vinilos de Guillermo, más la guitarra y a veces el bajo de Tito Fargo.
Dr. Drum lo recibió con una calurosa presentación grabada, comentando la historia del músico, y colocándolo en el lugar que indudablemente demostró merecer: el del mejor baterista del país.
El primer tema fue una improvisación desarrollada con su batería, acompañado por sonidos que lanzaba Algarañaz desde sus discos. Problemas de sonido interrumpieron la presentación, pero al final la repitieron alejando cualquier desazón al respecto.
La clínica se dividió en varias partes: ejecución de temas; demostración de un método que Jorge utiliza, con su correspondiente explicación; respuesta a consultas del público; muestra de partes de temas de Divididos; y cierre con más música.
La parte de explicación de métodos que utiliza Araujo, creo sirvieron no solo a bateristas, sino a cualquier músico. Desde la ignorancia total en cuanto a percusión, poder ver aunque sea de refilón qué hay detrás de un golpe, de una rítmica, sirve para abrir el espectro de ideas, y para entender un poco más que tocar este instrumento no es par nada simple.
Después, con el respaldo de fracciones de temas grabados por él en Divididos, siguió ampliando sus explicaciones. Los temas elegidos fueron “Basta fuerte”, “La gente se divierte”, “Zombie” y “Casi estatua”. Y allí fue cuando me di cuenta que poca atención le he prestado a la batería en estos temas, pero de pronto fue como si el oído se agudizara, y pusiera en primer lugar a dicho instrumento.
Las peguntas del público parecían tímidas al principio, pero la simpatía y humildad del músico pronto ganaron la confianza de la gente, y las consultas parecían nunca terminar.
Siguieron temas tocados junto a Tito Fargo, con su maravillosa guitarra, y la participación también de Guillermo Algarañaz en bajo.
La batería y él parecían ser partes de una misma cosa. Los palillos prolongaciones de sus propios dedos, sus brazos golpeando platillos, tambores, vibrando metales y parches como desde su propio ser. Si no, tal vez no podría explicar esa velocidad, ese fuego, esa síncopa, ese groove, ese sonido que llena el vacío en el instante justo en el cual está todo por caer. El tiempo del reloj pareciera detenerse, se estira, se prolonga, se deforma, hasta llegar a su propio límite, y cuando esta a punto de quebrarse, de hacerse insostenible, allí un golpe de ride lo vuelve a hacer andar. “Magoo” es el dueño del tiempo, su constructor. Lo maneja como arcilla fresca, lo moldea, la trae para sí para luego tirarlo al suelo. Y Tito detrás de él, tejiendo en el aire hilos de guitarra, hablando con los ojos y con las manos.
Luego cobra vida el tom rojo y el ride, que se hallan en la mitad del escenario. Una escobilla en una mano, un platillo en la otra.
Más tarde le llega el turno al cajón peruano. Los instrumentos duermen sueños de música, y cobran vida bajo las manos de Jorge. La forma particular de ese cajón, triangular en sus puntas, ofrecía matices de sonidos, los cuales buscaba con sus dedos y con una escobilla.
Pero la mayor sorpresa fue cuando la voz de Araujo llenó el recinto, acompañado por coros del DJ. Era como una flor que se abre en primavera, tímida, maravillada por el rocío de su propio color.
Jorge dijo no estar escuchando música, está dejando nacer lo que surja de su interior viendo por qué caminos lo lleva, logrado algo nuevo.
Refiriéndose a los palillos de industria local, dijo que compra cosas nacionales, y según sus palabras “antes de llevar algo en bandeja de quien no conoce prefiero algo que me cueste conseguir un poco pero que conozco la cara de quien lo hace”.
Contaba que de pibe se encerró a estudiar, y fue muy bueno en ese momento de su vida, pero es importante tocar con otros músicos, el contacto con otros es de lo que más de aprende. Le importa más la musicalidad que la técnica, y mostró una gran humildad dando el lugar que les corresponde a los músicos que los acompañaba.
Y al final de la clínica se quedó media hora más con su público firmando autógrafos y saludando. Por ello, es que no nos concedió una nota, pero se ofreció a hacerla vía e-mail. Y estas fueron sus respuestas.
¿Alguna vez pensaste como seria tu vida si hubieras hecho otra cosa en vez de músico, crees que te podrías expresar como a través de la música con alguna otra cosa?
No, creo que fue una forma de seguir haciendo lo mismo que hacia de pibe.
¿Por que sentís que elegiste la batería como tu instrumento?
Creo que porque fue lo primero con lo que hice música, ya que después mis padres me dieron la posibilidad de aprender otros instrumentos y no hubo forma de que me alejara de la batería.
¿Crees que todos los bateristas deberían estudiar música?
Yo hablo por lo que viví y la verdad que el hecho de haber estudiado guitarra de chico y haber hecho canciones por ejemplo es algo que te ayuda a escuchar y a comunicarte con otros músicos de forma diferente.
¿Por qué pensás que existe ese prejuicio de parte del resto de los músicos en pensar que el baterista es menos músico que el resto?
Supongo que porque nunca podrían ser bateristas.
¿El rock te cambio la vida?
Tocar en Divididos fue una decisión en mi vida y como todas las decisiones producen cambios importantes. Lo que fue muy importante fue el haber formado parte de un grupo durante 9 años.
¿Que te parece esta iniciativa rosarina de fabricar palillos?
Me parece que es algo que suma y a parte no es una tarea fácil fabricar algo en Argentina, por eso espero que los palillos sigan siendo de buena calidad.
¿Qué proyectos nuevos tenés con la música?
Estoy tratando de formar parte de un grupo nuevamente, y por ahora haciendo una serie de clínicas por distintos lugares del país.
Sus palabras de despedida de aquella noche nos regalaron una ilusión: “Ojalá ande pronto por acá con algún grupo….”. Y eso es lo que esperamos todos.