El periodista e historiador Ezequiel Abalos presenta un libro con testimonios de más de 70 protagonistas que relatan cómo el rock argentino sobrevivió y evolucionó durante la dictadura.
El periodista, escritor e historiador Ezequiel Abalos lanzó «Rock de Acá 3», la tercera entrega de su serie sobre la historia del rock en Argentina. En esta ocasión, el foco está puesto en el período comprendido entre 1975 y 1980, un lustro marcado por la dictadura militar, pero también por la consolidación del género en el país.
El libro incluye un CD en formato MP3 con más de 15 horas de testimonios de más de 70 músicos, periodistas y productores. «Al ser una edición independiente y autogestionada pude lograr lo que quería: contar la historia a través de la voz de los que la vivieron», explicó Abalos, quien logró reunir relatos de figuras como Ricardo Mollo, Oscar Moro, David Lebón, Rodolfo García, Willy Quiroga, Claudio Gabis, Litto Nebbia, León Gieco, Moris y Pil, entre otros.
El proyecto de «Rock de Acá» comenzó hace décadas, impulsado por su labor como periodista. «Hace 30 años que vengo haciendo entrevistas», recordó. Su primera incursión en el tema fue el programa radial «Rock de Acá», que condujo junto a Conrado Geiger en Rock & Pop entre 1992 y 1994. «Teníamos charlas biográficas largas, que luego fueron a parar, en 1995, a libros como ‘Pequeñas anécdotas del rock de acá’, el primero que publiqué en forma independiente y que fue la génesis de una saga». Desde entonces, su interés por reconstruir el movimiento de rock nacional se convirtió en una constante.
Esta tercera entrega del libro, señaló, es particularmente especial porque aborda una etapa que vivió en primera persona. «Es un libro que siempre tuve en la cabeza porque, por un lado, encara la etapa de la dictadura, con todas las dificultades, y además yo, que soy del 60, la empiezo a vivir en carne propia. Mi primer show fue Adiós Sui Géneris». En este sentido, explicó que quiso investigar en profundidad cómo la represión afectó a la música. «La identidad que se ganó hasta el ’75 se ve truncada por la dictadura. La persecución y los desaparecidos cambiaron algo, pero no pudieron terminar con ese amor por un género que nos identifica».
Uno de los aspectos centrales del libro es el análisis del exilio de muchos músicos, quienes se vieron obligados a dejar el país en busca de libertad y seguridad. En una entrevista con Nicolás Peralta, relata: «Fui recopilando información, armando capítulos, para explicar los exilios, las huidas a Europa, Estados Unidos o a diferentes países del continente, tratando de evitar la persecución». Entre los casos que menciona, se encuentran los de Gabriela y Edelmiro Molinari en Los Ángeles, Miguel Abuelo y Javier Martínez en Europa, y Billy Bond y Claudio Gabis en Brasil. Sin embargo, también rescata a figuras menos recordadas, como Pino Marrone, Jorge Pinchevsky o Gustavo Moretto.
«Sin dudas, esa es la marca de esos años», afirmó Abalos. «Se tocaba en teatros en los que caía la cana y se llevaba a 200 personas, daba miedo». Sin embargo, destacó que, a pesar de las dificultades, el género logró sostenerse. «Los que se fueron marcaron la época, pero los que se quedaron la piloteaban como podían, con una poesía que trataba de decir las cosas de una manera no tan directa». Esa fusión entre las experiencias del exilio y la resistencia interna fue lo que terminó enriqueciendo el movimiento. «Cuando en el ’80 regresan Almendra, Manal y Moris, se abre otra puerta».
Sobre la posibilidad de una cuarta entrega, Abalos no lo descarta. «Puede ser. Veremos. La idea es ir narrando la historia de manera exhaustiva para los amantes del género y, claro, para futuras generaciones. Esto es un testimonio de nuestra cultura, de nuestra historia. Siempre hay algo que rescatar».
Finalmente, reflexionó sobre las conexiones entre aquella época y la actualidad. «Hay cierto reflejo, porque se quiere traer desde el poder la idea de reprimir lo cultural, y está bueno conocer cómo músicos y creadores pudieron hacer frente a esa represión feroz». Sin embargo, advirtió que la evolución del género ha cambiado su lugar en la escena musical. «Es verdad que quizá hoy el rock ya no ocupa el lugar de importancia, y hay mucha repetición y no hay tanta novedad. Pero siempre será parte nuestra». Y concluyó con una pregunta abierta: «Habrá que ver si el espíritu sagrado se mantiene, crece o se achica. Veremos si vuelve a ser una manera de mostrar lo que pensamos y una manera de resistencia contra el capitalismo, como alguna vez fue».