Dos corazones en parte desigual,
arrecian la locura del amor septentrional
se llevan a la cama las migas del mar muerto
y lo aprovechan todo.
bailan descalzos, las huestes del dolor
les cantan al oído y ellos dos que solo entienden.
las naves que quemaron antes de conocerse
y de encontrarlo tal vez todo
y se olvidaron respirar, bailaron el encanto
se hicieron a la mar
y entre uvas y ceviches, cedieron en el llanto
de encontrarlo tal vez todo.
y tal vez todo.
y tal vez todo.