El estaba por cruzar
una barrera,
no quería más
que llegar a casa,
no sabía si reír,
no sabía si llorar.
Sólo andaba,
una pierna tras pierna,
sólo hablaba,
su cabeza no paraba,
ya no había a quien torturar
le dirían al llegar.
Pará con la papa, papá,
pará con la papa,
pará con la papa, papá,
pará con la papa,
pará con la papa, papá
pará con la papa,
pará con la papá,
pará con la papa.
Volviendo de lo de José Luis,
caminando, haciéndose pis,
nunca más
me volveré a pasar,
se decía al llegar.
Pará con la papa, papá,
pará con la papa,
pará con la papa, papá,
pará con la papa,
pará con la papa, papá
pará con la papa,
pará con la papá,
pará con la papa.