Si es de una mutual o de obra social,
yo te juro, brother, a mí me da igual.
El paciente pide, el paciente llama
y al pobre galeno todos le reclaman.
Tengo diez minutos para revisar,
la lista es enorme, no se pude achicar.
Todos quieren plata, todos quieren salud,
pero cada médico carga su cruz.
Nena, yo te juro, por más que no quiero,
alguien desde arriba nos metió en este juego.
Bono a cuatro pesos si atendés de día,
cantáselo a Gardel si no tenés para comida.
Y no te equivoques con el enfermo,
un juicio en la cabeza te darán de premio,
total, tantos años de sacrificio
te dejan tan turbado que te vas en vicios.
Diga 33, diga 33.
La guardia es una entrada a la locura,
no importa si estás muerto nadie más te ayuda;
si estás comiendo o vas al baño,
seguro que alguien viene a que le des una mano.
Mamá no existe, papá tampoco,
sos grande querido, así de golpe,
te ves envuelto en un guardapolvo,
«sos residente», te dicen con odio.
Diga 33, diga 33.
Muy pronto vas creciendo de alguna forma,
si no es la medicina no hablas de otra cosa.
La vida pasa, te vas gastando,
parece que a los «docs» se le duplican los años.
Del hospital al sanatorio,
del sanatorio al consultorio,
del consultorio quizás a casa,
lástima, mi viejo, son las dos de la mañana.
Diga 33, diga 33