La cantante y actriz presenta “Amores barcos”, su álbum debut que llega como cronología de un viaje en el que buscó reflejar los distintos universos que transitó a lo largo de los años y que cuenta con su propia película en YouTube.
“Son ocho canciones que, como barcos, nos llevan de un lugar a otro –explica Sofi Posse-. Tomo la idea de la canción como barco, algo que nos sostiene a flote. Cada una de ellas es un barco distinto, en la que indago sobre diferentes formas de amor: al vértigo, a las encrucijadas, al teatro, a las personas, a las palabras, al rock, al autoconocimiento y a la naturaleza”.
Las canciones fueron compuestas entre 2010 y 2018, ¿cómo sentís que envejecieron con el correr de los años hasta este momento que las editaste?
Tuvieron su tiempo de maduración, y parte del proceso de este disco refleja eso también. Fueron compuestas con guitarra y voz y al trabajarlas y producirlas fueron adquiriendo otras dimensiones y otra profundidad. Hay algo de las canciones que viene a representar una foto, por ejemplo, de ese momento en el que las escribí. Entonces, retomarlas con el tiempo, también da otra mirada, otra perspectiva. Cuando miramos una foto nuestra de hace 10 años, nos reconocemos, pero somos otros, y la mirada cambia. Lo mismo con las canciones. Por ejemplo, “Rincón”, una canción de desamor; con el tiempo pasa a tomar un tono irónico, porque las emociones cambian y lo que antes me parecía trágico ahora puede ser cómico, irónico. Me gusta esa idea de lo que muta en el tiempo y de que ya no somos los de antes.
¿Cómo viviste todo el proceso de producción y qué sentiste al escuchar todo el material terminado?
Fue un proceso de mucho aprendizaje. Entender que las cosas tienen sus tiempos. Estamos acostumbrados a la inmediatez, y definitivamente las canciones tienen su peso, su tiempo, su escucha, su maduración. El recorrido fue muy interesante. Trabajamos con Rodrigo de Haro (producción musical de Pelusón Music) desde ideas y sensaciones, luego el armado de las maquetas, pasar luego la grabación de instrumentos, luego las voces, sonidos, coros. Y cada canción tuvo su forma. Por ejemplo, el teclado de “Agua” salió de una en una pasada que hicimos. La amé y quedó. Hay algo muy disfrutable en el hacer artesanal de la música. Ir viendo como las capas van creciendo y cómo todo se va complejizando. Escuchar el material terminado fue un momento muy feliz. Estaba ahí, listo para dale play. ¿Es real? Me pasé horas escuchándolo en el bondi, en casa con parlantes, un momento real de disfrute.
¿Cómo surgió la idea de hacer una película para todo el disco en YouTube?
La idea de la película surgió a principios de este año, con el disco ya terminado. Tenía en mente hacer videoclips para cada canción, con este interés del cruce de ramas artísticas, pero cuando empecé a ver que era muy caro de hacer medio que desistí. En ese momento, estaba haciendo un curso en Estudio Los Vidrios y en una de las clases comenté que hacer videos era muy caro, frente a lo que devino la reflexión de que hoy con un celular se puede filmar en cualquier lugar. Algo de eso quedó resonando. Empecé a trabajar la idea de ese pensamiento un poco en contra del sistema empaquetado, en el sentido de que si tenés una idea, podés llevarla a cabo sin depender de un gran capital. Así que con Julia Simón, actriz, Dir. de arte, amiga; empezamos a armar un plan de rodaje para cada canción, armando una historia desde el tema 1 al 8 del disco, unida por objetos. En cada juntada las ideas iban disparando distintos escenarios, locaciones, colores, arte. Unimos fuerzas, nos divertimos muchísimo y filmamos la peli en varias jornadas: la cronología de un viaje, que inicia en Brasil para desembarcar y habitar luego la vida teatral y musical de Buenos Aires. Si aún no la vieron, ya saben dónde encontrarla.