Oscar Moro
Biografía de Oscar Moro
En su Rosario natal, cuando tenía tan solo 13 años, Oscar Moro se encontró con el guitarrista Kay Galifi, quien sería un aliado crucial en el nacimiento de la icónica formación Los Gatos. A través de su colaboración, germinó una banda denominada Los Halcones, en la que convergieron sus talentos, así como los de un pianista de apellido Di Doménico y un bajista. Este inusual encuentro fructificó cuando el cantante Johnny Tedesco, posteriormente reconocido por su participación en el Club del Clan, los convocó para interpretar canciones de estilo norteamericano, pero con letras en español, resaltando las composiciones de Los Teen Tops.
Oscar Moro se sumergió en una constelación de influencias en la efervescente escena roquera de Rosario, cruzando caminos con figuras como Litto Nebbia y Ciro Fogliatta, quienes conformaban el grupo The Wild Cats, posteriormente conocido como Los Gatos Salvajes. Este encuentro catalizador fue gestado en la urdimbre de la legendaria ciudad santafesina, donde Kay Galifi, uno de los protagonistas, extendió una invitación a Nebbia para que se uniera a la banda. A pesar de la disolución de Los Gatos Salvajes, Nebbia aceptó la presencia de Galifi y Moro en sus sesiones de ensayo, sentando las bases informales de lo que se convertiría en Los Gatos.
Fue en marzo de 1967 cuando la entidad Los Gatos cristalizó su formación definitiva: Kay Galifi como guitarrista, Litto Nebbia en voces y armónica, Ciro Fogliatta en teclados y órgano, Alfredo Toth en el bajo y Oscar Moro en la batería. La trayectoria de Moro tomó un rumbo sin parangón, desempeñando un papel esencial en la forja del emblemático sonido del grupo. A través del éxito avasallante del tema «La Balsa», que vendió 250,000 copias, Los Gatos desbancaron la creencia predominante de que el rock debía ser cantado en inglés, marcando un hito en la historia del género. La habilidad percusiva de Moro contribuyó de manera distintiva al tono psicodélico que caracterizó la canción.
La travesía de Moro se vio coronada con la producción de Los Gatos, que dio lugar a dos discos memorables: «Beat Nº 1» en 1969 y «Rock de la mujer perdida» en 1970. En estos álbumes, las influencias psicodélicas se amalgamaron con un sonido equiparable a las bandas internacionales de su época. Moro, más allá de su ineludible papel como baterista, incursionó como compositor con la instrumental «Invasión», una obra que reflejó su destreza en ejecuciones de índole psicodélica.
A lo largo de su andadura musical, Moro se convirtió en un pilar fundamental en distintas agrupaciones. Oscar Moro también insufló su virtuosismo en Color Humano, una formación liderada por el exintegrante de Almendra, Edelmiro Molinari. En esta etapa, Moro desató su destreza con un énfasis en la experimentación y la profundidad sonora. La confluencia de influencias del rock progresivo y la apertura hacia la exploración musical, auspiciada por la colaboración entre Moro y Molinari, infundió una nueva dimensión en el panorama musical argentino. La complejidad de las composiciones y el enfoque en la innovación cristalizaron una fase artística en la que Moro, nuevamente, demostró su polifacética maestría.
Su participación en La Máquina de Hacer Pájaros, el proyecto sinfónico de Charly García posterior a la disolución de Sui Generis, lo catapultó a una nueva dimensión sonora. Moro amalgamó percusión de raíces africanas y, junto al bajista José Luis Fernández, estableció una base sólida para el sonido de la banda.
Uno de los capítulos más resonantes de su carrera se daría en Serú Girán. Fundada en 1978 por Charly García, David Lebón, Pedro Aznar y el propio Moro, Serú se erigió como una de las agrupaciones más influyentes y exitosas del rock argentino. Moro, desplegando su encomiable pericia en la batería, contribuyó de manera esencial al distintivo sonido de la banda, dotándolo de ritmos audaces y estructuras en constante evolución. La fusión de elementos progresivos, rock sinfónico y poesía lírica elevó el perfil artístico de la agrupación, y Moro emergió como un cimiento vital en la amalgama musical de Serú Girán.
El recorrido de Moro alcanzó otro hito con su participación en Riff, una banda de rock emblemática liderada por Pappo. En este contexto, Moro aportó una energía y contundencia inquebrantables al núcleo sonoro de la agrupación. La formación se caracterizó por su enfoque en el rock duro y el vigoroso impacto de sus interpretaciones en vivo. Moro, en sinergia con Pappo y otros destacados músicos, consolidó su destreza rítmica y su capacidad de infundir un pulso arrollador en la estructura musical de Riff. La etapa en Riff subraya la versatilidad de Moro, adaptándose al espíritu firme y visceral del rock argentino.
Murió en Buenos Aires el 11 de julio de 2006 víctima de una úlcera sangrante, a los 58 años. Ese día, el 11 de julio, en su honor se celebra el Día del Baterista.