Pasó la primera jornada de la versión reducida de solo dos días del Cosquín Rock 2018. Con una amplia grilla que tuvo a Skay, Dancing Mood y Octafonic dentro del podio de lo más prolijo del sábado.
Al entrar al predio del Aeródromo de Santa María de Punilla, ayer sábado por la tarde, se podía ver desde temprano una gran cantidad de gente dispersa en las distintas atracciones que allí conviven: peluquería, motocross, patios de comidas muy variadas (pero igual de caras), parkour, la casita del blues con números internacionales como Sax Gordon, una moto acuática en una pileta, muestra de fotos, y principalmente un gran listado de bandas que es lo que justamente es imposible de ver en su totalidad por los horarios superpuestos.
Prolijidad al máximo
Hay bandas que pasado un tiempo, ya sea por años tocando juntos o por conciertos y actividad constante, logran y demuestran entenderse sin siquiera mirarse; como cuando en el Barcelona, Iniesta mira hacia la izquierda y sabe que por la derecha corre solo Messi y se la pone en el pie cómodamente como si diera un pase con la mano. Así parecen funcionar Skay y su banda, Dancing Mood y Octafonic.
En el escenario principal, el ex guitarrista de los Redondos volvió a mostrar por qué es uno de los artistas que es imprescindible en cada edición del festival federal. Con una lista que incluyó al clásico “Ji Ji Ji”; dentro de casi la totalidad de temas propios, se lució en canciones como “Flores secas”. “Oda a la sin nombre”, “Ya lo sabes”, “El redentor secreto”, “Aves migratorias”, “Chico bomba”, “Falenas en celo”, “Lejos de casa” y “El sueño del jinete”.
En el escenario temático reggae, poco antes de las 20, Dancing Mood, comandados por Hugo Lobo y su trompeta, salió para hacer bailar con su ska jamaiquino a todos los que se amontonaron en ese sector y que tuvo como picos altos “Police woman” y “Occupation” y la presencia de Roddy Radiation de The Specials en voz y guitarra para interpretar “Monkey man”. En una escena como el reggae, que se vuelve repetitiva y cada vez menos convocante, la big band permanece como una de las mejores, más entretenidas y originales propuestas.
Mucho más temprano, alrededor de las 18, en el Quilmes Garage, los Octafonic supieron llevar con aires victoriosos el desafío de lucirse en un sector que no se destaca por su gran sonido. Repasaron sus dos discos de estudio y dejaron muy caliente un sector que ofrecía ser de los más interesantes de la jornada.
Rock de garage
El escenario conocido históricamente como Hangar -y que ahora lleva por nombre la marca de una cerveza- contó con una grilla muy potente y gran cantidad de gente presente.
A los ya mencionados Octafonic, se le sumaron impecables shows de los cada vez más ascendentes Todo Aparenta Normal, los bestiales Humo del Cairo con su volumen por las nubes y el rock crudo y poderoso de Pez, que con un tema tras otro y con mucha furia fueron como esa cachetada que golpea cuando suena el despertador un lunes por la madrugada.
Banderas agitando
Esos trozos largos de telas con frases o nombres de barrios, localidad o provincias –y hasta alguna que rezaba la frase “Macri Gato”- que se agitan y que a veces resultan molestos para la visión del espectáculo volvieron a pisar el predio junto a un público que es el que logra colmar la capacidad del predio. Bandas como Ojos Locos, Sueño de Pescado, El Bordo, Las Pelotas, Ciro y los Persas, Skay y Las Pastillas del Abuelo (que tuvo que recortar su set por la intensa lluvia al final de la noche) fueron testigos de las banderas flameando de un lado para otro.
Fotos: gentileza Cosquín Rock