Esta vida que pasa como un subibaja,
Tarjetas de crédito y círculos viciosos bajo el sol.
Tanta monería y tanta chuchería,
Que el mono se olvidó que era mono
Y lo cambió por ficción
Hizo un dibujito en una cueva oscura
Y el mono señalando orgulloso dijo: “Este soy yo.”
Hoy desesperado, bien civilizado,
Ya no hay más dibujito
Pero el mono nunca más se olvidó.
Y no está tan mal
Ser un mono de ciudad.
No tendré árbol, pero tengo selva
Y llevo siempre alerta
Mi instinto de supervivencia.
Qué mono arreglado, mono decorado.
Un par de palabritas bonitas, listo, sos un bombón.
Aferrado al cuento como un mono hambriento,
El mono se olvidó que era mono
Y se creyó que era Dios.
Pero algo le falta, un hueco en lo profundo
lo llama cuando el mono está solo y le pregunta: “¿Quién sos?”
Y hoy, desesperado, busca en cualquier lado
al mono que una vez otro mono
Fue y cambió por ficción.
Y no está tan mal
Ser un mono de ciudad.
No tendré árbol, pero tengo selva
Y llevo siempre alerta
Mi instinto de supervivencia.
Consumo que sumo, que resto,
Que el día de mañana me está mirando
Y me desconozco.
Y voy girando como un trompo,
Todo lo que toco rompo
Y vuelvo a reensamblar con la punta de los pies.
Y construyo un yo que no es un yo, pero es entretenido
Y te miro, pero estoy tan dormido.
Y aun así, no está tan mal
ser un mono de ciudad.
No tendré árbol, pero tengo selva
y llevo siempre alerta
mi instinto de supervivencia.