Mario llega al kiosco bien temprano
Con su bronca, que se hizo cotidiana
Calentón como todo buen tano
Va puteando mientras abre la persiana
Un arquitecto de oficio kioskero
Fue haciéndose la idea de escapar
De emprender un sueño viajero
De perseguir un falso ganar
Se hizo cómplice de unos pibes
Que tenían de cobijo un roto banquito
Se hizo un tío, que nada prohíbe
Y ahora en el barrio, se le dice Marito
Ezeiza fue el fin de tardes mágicas
Y aquel prócer ya se tenía que ir
Dejando un dolor que tiene lógica
Dejando un vacío en la cuadra de mí vivir
Las cosas fueron muy mal
(No todo es de oro en el viejo continente)
Dejándole una parálisis facial
¿Y donde esta tu gente?