Yo era pequeño y en todo creía,
las flores de un prado me hicieron feliz;
luego crecí y comprendí,
que esas flores tenían que morir.
Fuera de la ley,
fuera de la ley,
siempre hasta el final.
Siempre hice todo lo que otros querían,
hasta que un día logré despertar;
me pregunté, qué puedo hacer,
no quiero durar, sólo quiero vivir.
Fuera de la ley,
fuera de la ley,
siempre hasta el final.
Hoy camino solo y con mi alma y mis manos,
formo mi propio existir;
no se de temores, ni frustraciones,
sólo que así puedo vivir mejor.
Fuera de la ley,
fuera de la ley,
siempre hasta el final.