Lázaro se quebró la pata y no dijo nada,
Pensó que todo era virtual.
Hasta que su disco comenzó a saltar,
No paraba un segundo de agitar y de montar.
¡Lejos y ciego! ¡Lejos y ciego!
Cunado supo de la desgracia, no aguantó más,
sus costillas se arrugaban, se puso a llorar.
¡Amante y dormilón! Su pulmón se desinfló.
Ahora cuenta los días a barrotes de pizarrón.
«Lo mismo pasará, si nos quedamos quieto,
Lo mismo pasará…»
¡Lejos y ciegos! ¡Lejos y ciegos!
La cuota de suerte se bronceo de garrón,
Pasó a ser un simple bocón…
¡¡Bocón, cuentas, bocón, cuentas…!!
«Lo mismo pasará, si nos quedamos quieto,
Lo mismo pasará…»
¡Lejos y ciegos! ¡Lejos y ciegos!