Tres décadas después del suicidio de uno de los últimos grandes íconos de la cultura pop, recorremos lugares emblemáticos de la ciudad: el lugar donde debutó Nirvana, los escenarios en los que fue creciendo, la radio que los difundió al mundo, una exposición que recuerda su impacto cultural, la mansión en la que se suicidó y el santuario en el que los fans lo veneran constantemente.
Transcripción del video
Introducción
En esta mansión multimillonaria, ubicada en el selecto barrio Denny-Blaine de Seattle, un escopetazo terminó con la perturbada vida de Kurt Cobain.
Aquél martes 5 de abril de 1994 ingresó en el Club de los 27 y le abrió paso al mito eterno. Pero también, despertó mil especulaciones. ¿Realmente se había suicidado, como concluyó la autopsia? ¿O en realidad fue un asesinato? Y más allá de especulaciones… ¿cómo vive su recuerdo en la Seattle del Siglo XXI?
Parte 1
Cobain nació en Aberdeen, una ciudad pesquera que en 1967 tenía unos 20mil habitantes. El divorcio de sus padres, a sus 9 años, marcó profundamente a Kurt. Las dificultades económicas y conflictos domésticos seguramente habrán contribuido a esa personalidad compleja, perturbada, que luchaba contra la inestabilidad mental.
El primer show de Nirvana fue en marzo de 1987 en Tacoma, una ciudad a mitad de camino entre su Aberdeen natal y Seattle. Además de Cobain y del bajista Krist Novosélic, el trío se completaba con Aaron Burckhard en batería.
Luego de unos 60 shows por la zona, y la incorporación de Chad Channing como nuevo baterista, la banda firmó contrato con la compañía SubPop Records. Este sello, que hoy en día tiene las oficinas en el tercer piso de este edificio de la Tercera Avenida, fue fundamental en el crecimiento del grunge, lanzando también a artistas como Soundgarden o Mudhoney. Seattle surgía como la capital del nuevo sonido del rock.
Y cuentan los libros de historia que fue acá, en el Central Tavern, que Nirvana tocó por primera vez en Seattle y frente a los dueños de SubPop, en junio de 1988. Al poco tiempo, firmaban el contrato.
Luego del lanzamiento de su disco debut y de la incorporación de David Grohl como nuevo baterista, Nirvana se presentó en dos lugares clave para el grunge.
Uno de ellos es el Crocodile Cafe. Este club se mudó luego a unas cuadras de distancia, pero así luce el frente original, semiabandonado, en la Segunda Avenida.
Muy poco material se conserva de aquellos primeros años de los ‘90s, pero en Youtube se encuentra este video aficionado de 15 minutos de duración y muy mala calidad, de la última presentación de Nirvana en el Crocodile, el 10 de abril de 1992.
El otro lugar clave es el Moore Theatre, también en la Segunda Avenida. Inaugurado en 1907 y con lugar para 1800 personas, fue también un centro clave para el grunge y para el crecimiento de Nirvana. Acá un fragmento de un recital de Cobain en este teatro, en 1990.
Parte 2
El crecimiento de Nirvana fue muy rápido. Luego del lanzamiento de “Bleach” la banda se convirtió en un éxito de la escena under de la ciudad y al poco tiempo ya era un fenómeno nacional e internacional.
Y un papel esencial en esta historia lo jugó la radio. La KCMU era una emisora universitaria que promocionó artistas independientes de la ciudad, obviamente no solo de grunge. Rebautizada como KEXP, en 2001, desde el 2015 funciona en este moderno edificio en el Seattle Center, que costó alrededor de 15 millones de dólares.
Pero el gran quiebre de Nirvana fue con el simple “Smells Like Teen Spirit», del disco “Nevermind”, que llegó al número uno de los rankings en diciembre del ‘91. La banda ya era un fenómeno cultural con el cual se identificaba toda una generación.
Parte 3
El legado de Kurt Cobain continúa vigente. Su influencia, no solamente musical, se refleja por ejemplo en el Museum of Pop Culture. El MoPop es un museo muy moderno en el que se cruzan la música, el cine, el arte, los videojuegos y la cultura pop en general.
Y a 30 años de la muerte de Cobain presentan la muestra “Nirvana, taking punk to the masses”, que tiene más de 200 elementos, fotos, discos y recuerdos.
Entre los instrumentos vemos la Fender Stratocaster de Cobain, el amplificador de bajo Hiwatt de Novosélic y la batería Tama Rockstar-Pro de Grohl.
Pero lo más interesante es que relata la historia de la banda con todo el contexto cultural de la Seattle de fines de los ‘80s y principio de los ‘90s.
Parte 4
Más allá de su influencia en la música, Seattle ha crecido notablemente en estas últimas décadas. En los ‘80s tenía una población de alrededor de 500mil habitantes, que gracias al desarrollo económico y la atracción de grandes empresas, sobretodo de tecnología, ha aumentado a casi 800mil.
La propia SubPop ha evolucionado y hoy tiene por ejemplo este local de ropa, discos y merchandising en una zona turística de la ciudad.
Además, la actividad artística de Seattle se mantiene en plenitud. No solo con eventos y recitales, sino también con muchas librerías y disquerías… en las que Nirvana está más que presente.
Parte 5
Volvemos a la mansión en Denny-Blaine. En la tranquilidad del barrio debe haber resonado ese escopetazo, en la mañana del martes 5 de abril de 1994. El cuerpo fue encontrado tres días después y la autopsia oficial concluyó que había sido un suicidio.
Muchos descreyeron y aún hoy siguen asegurando que fue un asesinato. Por la ausencia de huellas dactilares en el arma, su ubicación, y también, por la cantidad de heroína que tenía en su cuerpo, lo que haría imposible que se pegara un tiro.
Éste es el santuario que eligieron los fans en el Viretta, un parque que está pegado a la mansión. Las cenizas de Cobain fueron esparcidas en distintos lugares. En su ciudad natal, en un templo budista de Nueva York y también se dice que su viuda guarda una porción en su casa. Al no existir una tumba, cientos de graffitis, cartas y fotos son dejados constantemente en este banco, como recordatorio de la importancia de Cobain en la vida de tanta gente.
Y en este lugar sagrado, uno no puede dejar de escuchar las frases dejadas en su carta de despedida: “Lo tengo todo, pero ya no tengo la pasión. Recuerden: es mejor arder que apagarse lentamente».