El joven conjunto santafesino de rock presenta su primer disco “Un día en el barrio”, atravesado por historias del esfuerzo de la vida cotidiana.
“Trata sobre aquellas cosas que pasan afuera y adentro de uno. De lo que nos rodea, del afuera, de lo que se esconde detrás de las pantallas, caretas, ideas y prejuicios que uno no ve cuando está pegado a la pantalla –explica Martín Esquivel, cantante y tecladista de Lillos de Mapa-. De alguna manera habla de eso, de la rutina, de cómo eso te come la cabeza y te saca muchas veces lo poco que tenés para vos. Queremos mostrar con este material lo que le pasa a los pibes con todo eso, la pregunta disparadora fue: ¿Qué hacemos con todo eso que nos molesta, nos atrasa y desgasta? La respuesta fue hacer un disco. Convertir toda esa bronca, tristeza y desesperanza en canciones que sirvan de excusa para poder escapar a los problemas”.
¿Cuándo sintieron que estaban listos como banda para entrar a grabar un primer álbum?
Cuando uno va avanzando compositivamente pasa algo mágico o por lo menos así nos pasó. Las canciones se conectan, se quiera o no, porque no podés escapar del contexto y del entorno. Mucho menos cuando ese es el motor para escribir. La idea de grabar el disco se consolidó aún más cuando nos dimos cuenta que, sin querer queriendo, las canciones estaban interconectadas conceptualmente y eso nos dio la pauta. Sentíamos, además de las ganas, que hacer un disco era un desafío que estábamos dispuestos a asumir.
¿A qué le canta Lillos de Mapa?
Lillos de Mapa en “Un día en el barrio” le canta al hombre común. Al pibe que se levanta y va al colegio, al que va a trabajar, al que se siente solo o al que se siente triste. Las letras son nuestro fuerte, el mensaje es directo. Es imposible para nosotros desconectarnos de lo que pasa a nuestro alrededor, no podemos hacerlo. Creemos que la música es imposible pensarla desde lo ajeno, es algo muy personal y al ser un grupo reflexivo decidimos volcar eso en nuestras canciones.
¿Sienten que en las letras está el fuerte de la banda?
Sin dudas, son nuestro fuerte, pero también el sonido. No buscamos aparentar ser músicos sofisticados o de academia, lo que ven es lo que hay. Lo importante es el mensaje y que puedas sacar algo de lo que escuchás. No buscamos hacerte bailar, buscamos que, a través del baile, el pogo, o el cigarrillo que te fumás puedas sacar algo que te sirva no solo para divertirte.
¿Qué planes se vienen por delante para la banda para el verano?
Tocar mucho. Queremos mover lo más posible este disco. La idea es poder expandir lo más posible nuestra música. Además, tenemos muchas ganas de hacer nuevas cosas, cuando sacamos el disco nos quedamos con mucha hambre de canciones. Nuestro rock and roll, nuestro “tango”, recién está llegando.