Los oriundos de la zona Oeste del Gran Buenos Aires se encuentran presentando su primer material discográfico “Volumen Uno”. Grabado de manera independiente entre 2015 y 2016 en El Shoty, sala de los hermanos Martinengo, con las habilidades de Obo Mendez en las máquinas. El mismo estuvo a cargo de la mezcla y masterización realizada en Roble Estudio, bajo la asistencia de Diego “Cabra” Gutiérrez.
Los orígenes del proyecto datan de mediados de 2008, momento en el que Daniel y Ezequiel Martinengo se reunieron con Rodrigo Calzado y Hernán Chazarreta en la sala de la mítica “Casa Serrano” en Villa Crespo. Al poco tiempo se sumaría Mario Lombi en la voz.
Las diversas influencias musicales sentaron las bases de lo que más adelante se convertiría en la esencia pura de Coche Furgón. Luego de varios cambios de formación, el 2015 los encontró establecidos para dar el paso más importante de su carrera musical: grabar y lanzar el primer material de estudio.
“Volumen Uno” cuenta con diez temas propios que no sólo recorren historias en común, sino que muestran el lado catártico de situaciones personales planteadas desde un escenario ficticio. La formación actual la integran Cristian Berardi, en voz y teclados; Daniel Martinengo en guitarra y coros; Hernán Chazarreta en guitarra y coros; Rodrigo Calzado en bajo y coros; y Ezequiel Martinengo en batería.
¿Cuáles fueron los inicios de la banda?
Cristian: Hubo dos momentos porque el cantante era otro.
Ezequiel: La primera vez que nos juntamos a tocar estábamos Rodri, Hernán y yo. Al siguiente ensayo vino Dani con la guitarra.
Hernán: Pasaron varios cantantes y bateristas durante esos años. El primer recital lo hicimos un fin de año en una casa en Morón. Mario, que era la voz, decidió dejar la banda para irse a vivir luego a El Bolsón.
Rodrigo: Ahí estuvimos deambulando sin cantante y sin baterista, ya que Ezequiel también se fue.
Ezequiel: Sí, habíamos empezado la banda con unos temas que tenía Hernán y que encajaban dentro de los géneros en los que congeniábamos. Hacíamos covers de Los Redondos y Sumo, pero en un momento no me convenció tanto hacia dónde íbamos y preferí irme.
Hernán: Pasaron dos bateristas y, cuando se fue el último, Ezequiel desde la habitación dijo: “Yo toco la batería”.
¿De dónde se conocen?
Hernán: Somos todos primos de diferentes edades porque nuestras madres son hermanas. A su vez, Dani y Eze son hermanos.
¿Vos cuándo te incorporaste, Cristian?
Cristian: Hace unos seis años, por lo menos.
Rodrigo: A partir de eso quedó la base fija de la banda.
Ezequiel: Al par de meses que me incorporé empezamos a trabajar en la producción del disco. Los temas salieron al toque.
¿Eran todos de esa época o tenían de la primera, también?
Cristian: Algunos ya se venían laburan
do desde el comienzo de la banda.
Rodrigo: El disco es un poco el reflejo de todas esas idas y vueltas. No fueron tantas, pero hubo cambios que sentaron las bases musicales de que lo que hacemos y somos ahora.
¿De dónde vienen las influencias?
Hernán: Un poco los covers que hacíamos nos definen. Hemos tocado Sumo, Serú, Riff y hoy hacemos Queen.
Cristian: Venimos de distintos lados y existe hasta una diferencia generacional entre el más grande y el más chico de la banda. Yo particularmente escuchaba poco y nada de música en español. Ezequiel igual, venía del heavy metal, pero te amoldás y buscás los rasgos en común para enfocarte en eso.
Ezequiel: Al encarar la música de cierta manera, inevitablemente terminás escuchando más.
¿Existe un concepto que una los temas?
Ezequiel: Por ahí hay un hilo entre un par de temas que se asemejan en estilo y hablan de situaciones que son similares. “El granero” describe una fiesta en una granja y todo el quilombo que atraviesa. “Mustafa”, por otro lado, es el personaje de un tema que está siempre moviendo su cielo y haciendo jugarretas.
Cristian: Son rítmicamente similares. A su vez, el tipo de historias que cuentan y la forma va por el lado de plantear un escenario ficticio. Después hay otra camada de temas que vienen más por el lado catártico, de contar situaciones más personales.
Hernán: A nivel artístico nos produjo un baterista, Diego Gutiérrez, al que le dedicamos el tema “Cabra”.
¿Cuál fue su aporte?
Hernán: Él venía a los ensayos, laburaba con nosotros y estuvo en la grabación.
Ezequiel: Le cabe el sonido obsesivo y empezamos a hacer un trabajo en todos los temas.
Rodrigo: También hubo una particularidad en el proceso y es que lo grabamos todo acá. Nos pusimos los tres días.
Hernán: El técnico fue Obo Mendez que tiene el Estudio Roble en Palomar, pero trajo todas sus cosas para laburar acá. Después hubo que esperar un par de meses para que terminara el espacio que estaba armando allá y se pusiera con la mezcla.
Cristian: Buscamos darle a todos los temas el mismo tratamiento y nos sirvió como objetivo. No queríamos que se notaran diferencias estructurales y madurativas entre uno y otro, sino que tuvieran su frescura más allá del tiempo. Lo homogéneo ya es un resultado y ahora lo estamos pensando más a priori. Tenemos más claro cómo sonamos y cómo planeamos sonar.