Bajo la aparente sencillez de un título escueto, los cinco grandes instrumentistas que integran esta pequeña orquesta ponen su talento al servicio de la composición de canciones maravillosas. El resultado es un disco apasionante (el cuarto en doce años de trayectoria), en el que la sensibilidad y el virtuosismo se unen en una interpretación soberbia, cálida, entrañable. Con esencia primordialmente rioplatense, y casi siempre bajo el formato canción, Puente Celeste traza lazos con diferentes folclores del mundo, con elementos de la improvisación jazzística, incorporando cierta melancolía del tango, el klezmer o las músicas del Litoral. Cada uno de sus integrantes (el prolífico Santiago Vázquez en percusiones, el bajista Luciano Dyzenchauz, el tecladista Lucas Nikotian, el vientista Marcelo Moguilevsky y el guitarrista y cantante Edgardo Cardozo) combinan su arte en un sentido gestáltico. Y así, con voces precisas, borran fronteras regionales, musicales y estéticas, y en doce piezas enmarcan al mundo en un azul celestial que dignifica y magnifica las muchas veces la desnutrida “música popular”.