El cuarteto llegó a un teatro del centro. En su actuación, hubo importantes invitados que los avalaron. La crónica de Guillermo Boerr, para Clarín.
Entre la publicidad de gaseosa y la arenga de base, una bandera rezaba: «Tipitos: atrevete a más, volvé a Cemento». A paso lento pero sostenido, Los Tipitos han ido creciendo, tanto en lo musical como en la cantidad de fans que llevan a sus shows. Prueba de ello fue la fecha del sábado en el teatro Coliseo.
El cuarteto salió con una apuesta bien rockera, impronta que ganó más lugar a partir de su nuevo disco, Armando Camaleón. Pero, aunque el público respondía a lo que bajaba del escenario, el personal del teatro patrullaba los pasillos, amonestando prontamente a quienes se ponían de pie. Esto restó clima de recital de rock a la velada. Recién cuando Pablo Romero y Eduardo Schmidt, de Arbol, treparon al escenario (literalmente: estaban entre el público) y comenzaron agitar, la gente se puso de pie y la cosa se puso un poco más interesante. Existen, de Los Tipitos, mezclada con La vida, de la banda de Haedo, fue uno de los momentos más calientes del show.
Otros músicos invitados que con su presencia le dieron el visto bueno al grupo fueron los Pericos Juanchi Baleirón (en el «momento tipito» por excelencia: Reality Show acompañado con el sonido copas frotadas) y Gastón Gon»calvez (que aquí cambió el bajo por el acordeón), Javier Malosetti y Pablo Guyot, productor del último disco del grupo.
Entre dos bloques eléctricos, el grupo metió un set acústico que aplacó aún más un show que se distinguió por su clima más bien plácido. El final del concierto llegó con un dejo de humor: Los Tipitos se mandaron con un medley de clásicos de rock (con Back in Black, de AC/DC, y Black Dog, de Zeppelin, entre otros)… en clave carnavalito.