El Teatro Gran Rex habría sus puertas para recibir a una de las mejores voces femeninas del país, Patricia Sosa, quien a bordo de su nuevo álbum «Toda» recorrió gran parte del interior y hoy hace su presentación oficial en la Capital Federal.
Soul out en boleterías y nueva función para el 18 de junio próximo marcaban la necesidad del público capitalino de tener cerca a la artista para brindarle tributo a su música. De presencia elegante con un vestido de gasa asimétrico color lila y un insinuante escote, Pato Sosa se apropió de las tablas para mostrar desde el primer minuto del show las cualidades de su voz y sus dotes coreográficas.
Después de «Angel», «Historia sin final» y «Si bastaran un par de canciones» de Eros Ramazzotti, que remataba con un vídeo interesantisimo a sus espaldas, la estrella entregó las primeras palabras de agradecimiento de la noche al ritmo de graciosos saltitos, dejando bien en claro las ganas que tenía de estar en ese lugar, lo que generó el aplauso espontáneo.
Lo que nadie sabía era que el espectáculo se extendería por mas de dos horas y media y que sería solo el comienzo de una larguísima lista de acontecimientos muy simpáticos para el deleite de la concurrencia. «No será», «Corazón herido» y «Luz de mi vida» dejaron paso por primera vez al amor, «Tratando de cambiar el mundo» abrió las puertas a La Torre, a 20 años de recuerdos y a que el público participara activamente poniéndose de pie y «Sabrás, sabrás» al único invitado del show, Karika.
La evocación encontró tres mujeres como destinatarias: «Juana Azurduy», de Ariel Ramírez, «Eva», track nunca grabado que formo parte de la película a Eva Duarte de Perón, animado con un delicioso vídeo documental, y «Linda nena», dedicado hasta las lágrimas a su hija Marta Mediavilla, hoy presente en el papel de corista estable de la banda.
Si le faltaba algo a la velada vendría en ese tramo muy creativo que encontraría al supremo sacándose fotos entre ellos, a pedido de la dama, para luego ser enviadas por mail a su página y posando todo el grupo en medio del escenario para que los fans hicieran sus deseadas tomas. Todo regado con acordes del blues «Para amarte una vez más». Otro espacio que desató la sonrisa fue el que se generó al ver solo a los varones parados cantando el estribillo de «Endúlzame los oídos», al mejor modo de coro desafinado.
«El mar más grande que hay», «Adiós» y «Aprender a volar», totalmente gesticulado en lenguaje para hipoacúsicos, marcó el final que no sería tal. A la vuelta a las tablas con una pierna sobre el retorno en clara actitud rockera sonaría «Solo quiero rock and roll», un himno en su carrera, «Salva lo que queda» y «Todo empieza otra vez», como mensaje final del actual momento de la artista.
Mucho para destacar, pero sobretodo la comunicación de Patricia Sosa con su gente y el acierto de Pelo Music de recopilar obras que ya no se consiguen fomentando un intercambio generacional en el público. La noche, repleta de música, ya se hacía una vez más madrugada en la gran manzana. Era hora de poner el cuerpo a descansar sabiendo que mañana todo empieza otra vez.