Rock en Mendoza: el sábado por la tarde, Karamelo Santo animó un concierto gratuito en un parque de San Martín, en su retorno a casa después de la gira europea, y por la noche, Intoxicados se mostró enérgico en el estadio Andes Talleres.
«¡Gracias por venir, compadres! Y sepan que estemos donde estemos, siempre los llevamos acá», dijo Piro Rosafa cerca del final, golpeándose la izquierda de su pecho, allí donde se ha convenido que está el corazón. El cantante, acaso el principal responsable del agite de Karamelo Santo en la escena, sintetizó con esa frase buena parte de lo que el grupo quería dar en esa tarde de sábado, soleada y agradable al principio pero muy fría cuando se volvía la noche, en el teatro griego del Parque Agnesi de San Martín. Es que la banda mendocina quiso presentar en la Argentina su nuevo disco, «La gente arriba!», ante -precisamente- su gente, luego de haber concretado una gira por Europa que incluyó dos festivales multitudinarios en Alemania, en el marco de los hechos no deportivos que se organizaron en simultáneo con el Mundial de fútbol.
El concierto del sábado tuvo lugar en el teatro griego del parque de San Martín, una de las más importantes ciudades del interior mendocino, ubicada a unos 60 kilómetros de la capital provincial, y con entrada libre (o casi, porque el público sólo debía entregar un alimento no perecedero para comedores populares).
Curtidos de afrontar cuestas arriba -eso de actuar ante mucho público no propio y que no habla español-, los Karamelo Santo han conseguido un ensamble contundente. El sábado, en Mendoza, tuvieron más que los 40 minutos de los que disponen en los festivales europeos, y eso les permitió recorrer con soltura un listado de temas que incluyó viejo y nuevo material. Y el punch que tienen en la escena, lució intacto, incluso a pesar de unos inconvenientes técnicos que preocuparon a los músicos y los técnicos pero que el público no advirtió.
Eso fue a la tarde, en un toque con características de festival, porque incluyó un breve set de otras tres bandas locales, El Cogoyo, Fuera de tiempo y Hormigas Negras. Y a la noche, en el estadio Andes Talleres y ante unas 2.500 personas, sonó Intoxicados. Esta vez, Pity Alvarez estuvo entero y desató la fiesta con su banda que, más allá del fuego en el que se inmolan ciertas pasiones rockeras, es una de las más valiosas de la escena local en estas horas. Fiesta del principio al fin, que en Mendoza fue con Pity versionando Creep de Radiohead, como para decir que ese día y en cualquier otro día no hay fronteras en el planeta Tierra.