Victoria Mil tocó junto a Daniel Melero en Parque Sarmiento en el marco de las actividades gratuitas organizadas por el Gobierno de la Ciudad.
Se corrían rumores entre el personal de seguridad contratado por el Gobierno de la Ciudad que estaba prohibido vender latas de bebidas sin alcohol y alcohol en el predio, ya que el show de esa noche prometía vándalos y seguidores descontrolados. Pero fue cómico encontrarse con un público que rondaba los veintitantos, en los que se destacaban algunos personajes con un look pseudo-metrosexual.
Victoria Mil: bien, bien, bien acertados
Unos chicos que subieron tocaron y se fueron. Muy al estilo Babasónicos. Ni saludaron. Aunque hay que saber leer entre líneas. Si esperaban carisma de Victoria Mil, no lo van a obtener ¡sépanlo! ¿Por qué nos empeñamos constantemente en buscar un líder de rock carismático? En definitiva, ¿qué buscamos: escuchar buena música y encima pretender que sean simpáticos?.
El repertorio que incluyó el show fue: «Por tus ojos», un hit «Estoy bien, bien, bien equivocado», «El rock vive de mi», «Andi» y «G-13», entre otros, cerrando con «Ying Yang».
Miguel Castro (voz, teclados) es un chico de ojos muy tristes de voz suave, que canta canciones poco optimistas y que se posesiona frente al teclado como un drogui-dancer.
Sus influencias son algunas de las más variadas: desde los alemanes de Kraftwerk hasta el electro pop argentino de los ’80s.
Daniel Melero: polifacético
El mítico músico camaleónico fue maestro de ceremonias. Derrochando simpatía, con sus característicos anteojos negros. Daniel Melero inauguró la escena con una frase predecible «para viajar al reino de los cielos el boleto no se puede comprar».
El sucesor de Brian Eno aquí en la Argentina da mucho de que hablar. No sólo es cantante, productor y compositor, sino que como si fuera poco se relaciona con el mundo de los artistas plásticos. Para los que no fueron, Melero trabajó junto a la Galería de Arte «Sonoridad Amarilla» en la musicalización del túnel ubicado en Av. Del Libertador y Av. Sarmiento: antiguo paso nivel que permitía al peatón cruzar la gran avenida, para conducirlo desde el Zoológico hasta el Planetario. Se trataba de una instalación con silloncitos, luz fluorescente y música ambient proporcionada por el músico.
Es muy respetable la formación de músicos que lo rodea, guitarras eléctricas/acústicas, teclados, batería y bajo que lo acompañó esta noche en canciones como «Resfriada» y «Mágico».
Hubo un intervalo en el que aparecieron los músicos de Electrón, un dúo que pareciera haber salido de la banda de sonido (Clint Mansell & Kronos Quartet) de algún film dirigido por Darren Aronosfky (Réquiem for a dream, Pi).
Los ex Brujos asaltaron el escenario con accesorios de luces de colores rojas y movimientos espásticos. Con una marcada tendencia techno inspirada en el grupo de música inglés Orbital, brindaron un mini show a pura energía y excitación, haciendo las veces de un electrón que salta de un orbital a otro, tal y como lo expresa el Modelo Atómico del físico danés Niels Borh.