Desorganización, extrema frialdad y una objetable elección del repertorio fueron las características del debut solista de Pappo en Obras.
Acompañado por Boxer (Boff en guitarra, Juan Espósito en ba, tería y Enrique Avellaneda en bajo y voz), el Carpo realizó un repaso de todas sus etapas, interpretando temas de Aeroblus («Completamente nervioso», «Buen tiempo», «Vendríamos a buscar»), Pappo’s Blues («Siempre es lo mismo, nena», «El brujo y el tiempo») y Riff («Héroes de asfalto», «La dama del lago»). También hizo un tema de Manal, un par de Boxer y algunos rocks inéditos. Curiosamente, tanto el público como los mismos músicos no pudieron evitar que el frío de la noche los embargara y el concierto transcurrió dentro de un clima gélido sólo alterado por un par de temas. En ésto, con seguridad, mucho tuvo que ver el repertorio elegido por Pappo para la ocasión, el cual decepcionó a los fanáticos que esperaban escuchar clásicos como «Fiesta cezvesal», «Me tienen cansado», «El tren de las 16» y —sobre todo— «Susy Cadillac’: Musicalmente Pappo hizo su parte con corrección pero mostró poca convicción en lc que estaba tocando. Boxer sonó ajustado y Boff fue toda una revelación con solos irreprochables de moderna concepción.
Las luces del estadio encendidas, la gran cantidad de gente sobre el escenario y las molestísimas cámaras de televisión obstruyendo la visual fueron los detalles que agigantaron la abulia del público. Pappo pudo haber tenido su noche de fiesta pero lamentablemente para él y su público, la cosa no fue así. Y si bien el concierto sirvió para confirmar que Pappo no es Riff y que el poder de convocatoria no es el mismo, es una verdadera pena que un guitarrista de sus kilates no haya podido festejar sus quince años de carrera musical en mejor manera. Pappo, sus seguidores y el rockanroll en general merecían una noche mucho más cálida que la que tuvieron en Obras.