El Grito despidió el año con un gran show en Cátulo, en el cual repasaron temas viejos y presentaron los nuevos.
Dos horas enteras fue lo que dieron. Habían prometido «un show largo», y así cumplieron. En éstas épocas de diciembre, las bandas despiden el año y la oferta se multiplica. El Grito hizo lo suyo éste fin de semana, en el subsuelo de Cátulo, donde juegan de locales hace bastante.
«Nena», «La llamada del Tano», «Buey corneta» y «Problema Ité» sonaron de movida, sin introducción, a modo de calentamiento. Recién a la media hora bajaron los decibeles, para ofrecer una versión semiacústica de «Carencia», seguida por la telúrica «La media legua» y el cover de «Los dinosaurios», dedicada al primer aniversario del 20 de diciembre.
El blues «Carapachay» aceleró nuevamente, y llegaron «El grumete», «Más más, «Criolla»… Una segunda parte básicamente con los temas del último disco, más armado que el primero, salteado con canciones nuevas aún inéditas. Ajustado cover de «Confortably numb» (de Pink Floyd) y otros clásicos, El Víctor francés», «Sin mirar».
La banda está para dar el gran salto. Con casi ocho años en la ruta y dos discos independientes, base sólida y, entre los arreglos de canciones anteriores y los nuevos temas que van presentando en vivo, demuestran que la capacidad creativa sigue intacta. Será sólo cuestión que puedan aprovechar el momento indicado.