Demos algo por sentado: si hablamos de Los Auténticos Decadentes, hablamos de fiesta, jolgorio, buena onda, de familias enteras danzando y disfrutando del show por excelencia a la hora de divertirse.
Partiendo de esta base y llevándolo a un plano más profesional, la banda apostó para su última presentación del año un teatro relativamente chico, teniendo en cuenta su poder de convocatoria, pero que permitía por otro lado, como bien lo manifestó Cucho, estar bien cerca de su gente.
El público, respetuoso de las reglas del lugar elegido, se acomodó en sus respectivos asientos y esperó que el telón se abriera para que «Sigue tu camino» marcara el comienzo. Los músicos enfundados en túnicas coloridas, cual pseudo-profetas del rock fiestero, empezaron a descargar un torrente de éxitos que extendió el espectáculo por más de dos horas. El segundo tema «Viviré por siempre» marcó el despegue inmediato de la butaca y baile se apodero del teatro.
De aquí en adelante se intentará describir en pocas líneas momentos y sensaciones de una noche en la cual el sonido acompañó sin fisuras, en la que Cucho cedió micrófono a Serrano y Diego De Marco y se vistió con los brillos utilizados allá por el año 1992 para cantar «Pendeviejo» y terminar entre el gentío parado en los asientos. Y hubo invitados de la talla de Andrés Calamaro, Joaquín de Turf, Manu de la Mancha de Rolando y hasta el Bebe Contepomi para cantar «La Guitarra» y rendir un homenaje al instrumento. Es decir no faltó nada en la fiesta decadente.
Se divierten, festejan, saltan, bailan, se rien, corren, cambian de lugares y desarrollan una función casi circense donde el principal motivo es disfrutar de un muy buen momento. Así llegó a su fin el año decadente, donde el balance seguramente será más que positivo. Para los seguidores, el 2004 no terminó, porque en los días festivos de diciembre Los Auténticos Decadentes estarán presentes alegrando los hogares.