El domingo pasado a la tarde hubo fiesta en el galpon okupa Trivenchi de Villa Crespo: casi en secreto, Nekro rearmó Fun People, ya una verdadera leyenda del hardcore local.
5 AM: ¿Es temprano o tarde? Unos pibes llegan al galpón okupa Trivenchi y empiezan una cola.
10 AM: Las mochilas recorren Villa Crespo y se hacen notar… algo va a pasar.
3 PM: Diez horas más tarde, la cola dobla la calle y cruza de vereda. Recién a las 5 PM, empieza el show. ¡Alto descontrol! Vuelan botellas y un árbol se tambalea. «Nunca vi tanta excitación acá», dice al paso Tincho Pujol, parte de la comunidad circense trivenchi y responsable de cobrar los $ 4 de entrada. Es que no era apenas «un recital». Era el regreso de Fun People. Desde que Nekro mutó en Boom Boom Kid, la legendaria banda hardcore es LA que todos quieren ver (y que a veces salía encanutada en los shows de BBK). La noticia se manejó en low-fi: algunos se enteraron en un recital, otros en la agenda del Sí! y los demás por el boca a boca.
Pero nada es casual. Nekro & cía. (en esta ocasión: Johnathan, guitarrista de tiempos de Anesteshia, la prehistoria de Fun People; Pelado y Chelo, de la banda actual de BBK y también el destacado Gori, hoy en Fantasmagoria) eligieron el Centro Kultural Okasional Trivenchi, un lugar que, como el propio show, elige estar más allá del circuito convencional.
Claro, Carlos Rodríguez (así dice el DNI de Nekro) conoce bien del tema: giró por el circuito okupa europeo dos veces. Y tiene conexión con los Trivenchi-Wheelright (aquel galpón okupa de Rosario donde también tocó Fun People).
«Puede ser que sólo nos juntemos por hoy… o a lo mejor seguimos», fue lo primero y casi único que dijo Nekro, escueto, desde el miniescenario (el único metro cuadrado que queda sin público). Y después, la descarga, un electroshock que resucita al buenos aires más hardcore. Y el mejor pogo: intenso, sudoroso, violento y divertido. Primero dos horas de grandes éxitos acelerados y luego dos más en un segundo show, a las 7, para los que se quedaron afuera. En total, 1.300 fan-pipoleros actualizaron los «años dorados» de los 90. Sin nostalgia: porque apenas empezado el 2003, la leyenda hardcore continuará…