El festival Carlos Paz Music abarcó distintos estilos musicales y convocó a miles de personas.
Con Pipo Cipolatti como maestro de ceremonia, el show comenzó prometiendo ser grandioso. Con su pelo multicolor y su traje oscuro, el presentador anunciaba la llegada al escenario de los chicos de Piel de Judas. Aprovechamos su descenso del escenario para charlar un poco con él y nos comentó algunos detalles de su presentación en la noche final: «Vienen los Twist con la formación 2003, donde tenemos nueva cantante y hemos incorporado un órgano en lugar del saxo». Agregó además que tendrían muchas «curiosidades», entre ellas la más destacada fue la interpretación que realizó de un tema compuesto para Rodrigo Bueno y que solo fue tocado en los 13 Luna Park que realizó el fallecido artista: «Es el único tema que no se conoció, porque dije ‘no me van a publicar el tema y cuando no signifique dinero ahí lo voy a hacer conocer’. Voy a tocar con algunos integrantes de la banda de Rodrigo y la Mona. Vamos a humillar».
Piel de Judas se despedía del escenario y el público aplaudía luego de la interpretación del tema Mother Fucker y una versión roquera de «La mano de Dios», de Rodrigo. Entre medio de los primeros acordes del segundo grupo de la noche, nos comentaron: «Nos sorprende que la gente nos aplauda porque somos una banda que recién empieza. En Córdoba la gente muy bien, sobretodo con el tema de Rodrigo empezaron a bailar y con eso uno se siente realizado porque es todo el esfuerzo que haces durante el año plasmado en el público».
Logramos acceder al sitio donde todos los músicos se preparaban para subir a escena, y encontramos firmando un par de autógrafos a Omar Mollo, líder de M.A.M. que acababa de dar una cátedra de guitarra sobre el escenario del Carlos Paz. Le preguntamos si podía hacer una nota, y respondió con un «dale».
El trío compuesto además por Alejandro Rodrigo y Adrián Marino, plasmó a la horilla del lago San Roque todo el trabajo realizado en los últimos tiempos: «No esperaba que a los 52 años tenga esa convocatoria. Esto me colmó», señaló Mollo, quien terminó: «No creí que iba a mover a la gente hasta el final, me siguió y en el último tema explotó. En esto hay que trabajar todos los días un poquito, porque dejas de laburar y pierdes el ritmo arriba del escenario te come el león».
La llegada de Pericos desató la fiesta de los asistentes. Ya no había distinciones entre el campo, la VIP y la prensa; todos bailaban al ritmo del Baiano, quien después remarcó: «Nos recibieron muy bien, como siempre. Hace mucho que no veníamos y teníamos muchas ganas de tocar acá». Aprovechando el momento, nos comentó algo acerca de ‘Desde Cero’, el nuevo disco de la banda que salió el pasado 6 de diciembre a la calle: «Tiene dos músicos invitados, uno es Mimi Acevedo que canta un bolero con migo, y Ciro Pertusi. Es un disco de 12 canciones y hay muchos cambios con respecto a lo que nosotros históricamente presentábamos. Lo siento muy Pericos, a pesar de que ha habido cambios».
Ya promediaban las 23, y las más de 8 mil personas presentes esperaban ansiosas la llegada de León Gieco y Bersuit Vergarabat. Reflexión primero y desenfreno después, fueron los platos fuertes de la noche. Gieco, sin su guitarra, comenzó con La Memoria, tema de su último disco. Luego de interpretar algunas de las canciones de Bandidos Rurales, hicieron su entrada en el escenario algunas de las figuras más tradicionales del cuarteto de Córdoba, como Carlos Roldán e integrantes del cuarteto Leo. En lo que Gieco denominó un homenaje para Córdoba, interpretaron algunos de esos temas que son para el cuarteto lo que Rasguña las piedras y La balsa son para el rock.
Bersuit aparece. La pelada de Cordera brilla por el efecto de las luces. La fiesta ha comenzado y El tiempo no para deja de ser sólo una canción. No hay más pies sobre el suelo y el humo de cigarrillos se confunde con la polvareda desatada.
Finaliza la primera noche y el ambiente quedó calentito para lo que vendría después. El sábado fue el turno de Turf, los Twist, Lebón, Mateos, entre otros. Las cifras en cuanto a público bajaron un poco pero el nivel del espectáculo fue incalculable. Fue la noche para los memoriosos y uno que otro despistado que vio luz y entró.
A la medianoche comenzó la Rave y el dance inundó los alrededores. El domingo sería el turno del cuarteto, los Caligaris y los Auténticos Decadentes. Disturbios entre los que asistieron al cierre del festival, gases, balas… una verdadera lástima para un evento que se había realizado de manera impecable.
Sin embargo, una vez más, el rock demostró que en las cierras tiene su espacio, no sólo en el Carlos Paz Music, sino también en cada rincón de la localidad donde siempre una remera de La Renga o los Redondos se mezclaba entre la muchedumbre.