El trío brindó un notable show íntimo y acústico en la Plaza Defensa, en San Telmo, luego de presentarse en el Showcenter.
La noche del sábado nos llevó hasta la Plaza Defensa (Defensa al 500), pleno barrio de San Telmo, lugar donde Fantasmagoría realizaría un show lleno de expectativas. La banda venía de dar un recital la noche anterior en el Showcenter de Haedo.
Antes de que los músicos suban al escenario ya se percibía un clima íntimo que nos anunciaba algo de lo que podría suceder más tarde. Pasadas las 21,15 hs., Fantasmagoría se adueñó del escenario. Con guitarra acústica, una batería casi sin cuerpos, pero con distintos instrumentos percusivos y el bajo, la banda comenzó un show acústico, pero tan bueno como cualquier otro.
Las canciones comenzaron a sucederse. Desde una perspectiva rock coqueteando con melodías pop, acompañadas con una maravillosa percusión, los temas fueron pasando desde una ejecución llena de sensaciones, pasando por el pop, el rock y algo de blues. Gori, desde su garganta, le puso a los temas esa nota tan peculiar, dándole identidad a cada pieza musical que interpretaban. Pasearon por distintos temas de su repertorio, dónde no falto el ya clásico para sus seguidores “Bananas”, y pudieron presentar algo nuevo de su repertorio que en algún momento será parte de su próximo disco.
También hubo lugar para un invitado en el acordeón, con quién hicieron varios temas. Uno de los cuales fue instrumental, en el cual Ignacio el baterista pasó a la guitarra acústica y Gori (voz y guitarra) tocó la armónica. Hay que destacar el juego percusivo con las manos, que hicieron guitarrista y Gustavo Loncharich (bajo) en uno de los últimos temas. Esto fue parte de un show que sin demasiadas cosas, estuvo muy bueno, tanto a nivel musical como escénico. Desde las boas de plumas de distintos colores que colgaban de los micrófonos (trasportándonos a los años 70), hasta las distintas variaciones que se veían sobre el escenario y sumado a la música, hicieron de la presentación, un muy buen show.
Había una gran cantidad de público, entre los cuales se notaba gran cantidad de seguidores/amigos, lo cual hizo sentir a los músicos una calidez especial. Ello les permitió volver a comenzar un tema que habían empezado defectuosamente e improvisar ciertas cosas en el escenario, pero que quedó perdonado dentro del cordial ambiente que se vivía.
Fantasmagoría nos regaló unas cuantas bellas canciones, un buen espectáculo y todo eso duró lo que debía durar, no excediendo el tiempo que permitió disfrutar de un hermoso show de sábado a la noche. Después pudimos salir a cenar y beber algo con el recuerdo y la satisfacción que nos dejó la banda.