Cifra récord de público, el regreso de León Gieco al escenario cosquinense y el frío invernal atípico para febrero fueron los tres puntos importantes para remarcar de la primera jornada.
Arrancó el festival que por primera vez en veintitrés años tuvo sus entradas agotadas veinte días antes que su inicio y que, según cifras oficiales, convocó a 100 mil personas durante este sábado 18 de febrero, en el cada vez más extenso predio del Aeródromo de Santa María de Punilla.
La crítica constante e injusta que se le suele hacer al festival cada vez que se anuncia la grilla es que falta rock o que «deberían cambiarle el nombre». Es cierto que desde hace algunos años el Cosquín Rock ha sumado artistas que marcan un notorio acercamiento de identidad a festivales como el Lollapalooza, pero basta con ver la presencia de Skay, Divididos, Catupecu Machu, Juanse, Guasones, El Bordo, Ojos Locos y tantos otros más en su primer día para confirmar que el rock es la pata esencial del evento.
El Escenario Norte (el comúnmente tildado de «principal») fue el que amontonó más público desde temprano cuando El Bordo a las 3 de la tarde dio un show de media hora, veloz y eficiente («Silbando una ilusión», «Soñando despierto», «¿A dónde vas?», «Instinto», «Lejos», «La banda», «En la vereda»).
En el cierre de ese sector, Juanse repasó sus hits de Ratones Paranoicos con varios invitados: Ale Kurz («Enlace»), Junior de La 25 («Ya morí»), Mateo Sujatovich («La nave»), Celeste Carballo («Estrella» y «Ruta 66»). Pero la sorpresa y frutilla de la noche fue la emotiva presencia de León Gieco de vuelta sobre el escenario de las sierras cordobesas para cantar «El fantasma de Canterville», «Pensar en nada» y «Sólo le pido a Dios».
Guasones, Skay y Divididos –también en el Norte- ya son clásicos que siempre cumplen en el Cosquín Rock. El ex Redondos repasó «El pibe de los astilleros», «Nuestro amo juega al esclavo», «Jijiji», «Criminal Mambo» y «Todo un palo» alternándolos con sus temas propios como «El Gólem de La Paternal», «Oda a la sin nombre» y «¡Corre, corre, corre!».
La aplanadora del rock tuvo sus puntos fuertes con «El 38», «Sábado», «Cielito lindo», «Sucio y desprolijo», «Amapola del 66» y «Ala delta».
El debutante Escenario Montaña contó con un potente y eficaz show de Catupecu Machu, en el que sobresalieron «Eso vive», «A veces vuelvo» y «Dale» con Juan Ingaramo y Lucca de Usted Señalemelo como invitados en las dos baterías. Más temprano en ese mismo sector, Estelares cargó la tarde con hits radiales («Alas rotas», «Ella dijo», «Aire», «Un día perfecto»), frente a una enorme cantidad de público. Lo mejor y más atractivo en el Escenario Paraguay pasó por el indie rock de Las Ligas Menores musicalizando la puesta del Sol.
La Casita del Blues mostró como en cada año propuestas interesantes en las que vale la pena remarcar los segmentos de Greta Kohan con su calida voz y el rockabily de The Ginger Hearts.