Llegó el cierre del Cosquín Rock 2015 con la jornada reprogramada del domingo por las fuertes lluvias que azotaron todo Córdoba. Los puntos altos del día estuvieron en Skay, La Perra Que Los Parió y la gran convocatoria en el temático, por donde pasó Don Osvaldo.
No es fácil hacer un análisis de un día extraño dentro del contexto histórico en el que ingresó la décimo quinta edición del festival serrano, a causa de un temporal que dejó muertos y evacuados en la Provincia de Córdoba. Los ánimos fueron otros. La jornada del martes dejó ver un público disminuido y cansado por el día extra. Pero también se vio reflejado arriba del escenario, donde algunas bandas que suelen ser explosivas no lo fueron tanto en esta oportunidad.
Desde temprano y con un cielo que amenazó con una nueva lluvia durante las primeras horas del atardecer, salieron a escena los platenses Militantes del Surco, en su primera vez en este sector. Los siguieron los Sick Porky, y luego fue el turno de Planeador V, con un show tributo a Gustavo Cerati donde sonaron: «Corazón Delator», «Final caja negra», «Día común/Doble vida», «Cosas imposibles» y «Lago en el cielo».
Con gran cantidad de público y muchas banderas, una de las consagraciones de este 2015 en Punilla fue el debut de La Perra Que Los Parió en el escenario principal, con una lista de temas que fue en constante ascenso: «Esa gente», «Ni tan pronto», «Lo que nunca te dije», «Ídolo», «Cómo evitar que sangremos», «El viajero» y «La respuesta».
Los sectores alternativos volvieron a mostrar una escena under interesante, que sin lugar a dudas formarán parte del recambio en un futuro muy cercano: Bigger (repasaron su prolijo disco grunge «Humano»); Támesis y su rock clásico; el tridente cordobés de electro pop Anticasper, Cintia Scotch y De La Rivera; y el funk exquisito de los neuquinos Qi.
Por su parte, el Hangar estuvo destinado a bandas cordobesas, donde se destacaron Ánima Terra, Odoghan, Los Frenéticos, The Chicken Faces y el cuarteto femenino de Santa María de Punilla, Pink Wasted, que este año lanzarán su álbum debut, «Fuerte», el cual cuenta con la participación de Richard Coleman.
Cuando Ojos Locos y Viticus coincidieron en el escenario Rock, en el principal Boom Boom Kid sumó adrenalina a la tarde con Nekro surfeando con una tabla sobre el público.
Mientras el Sol se ocultaba, salieron a escena Gabriel Pedernera, y las embarazadas Lula Bertoldi y Brenda Martin. El power trío cordobés Eruca Sativa brindó un listado efectivo, pero que no llegó a superar la adrenalina de su participación en la edición 2014. Quizás el ánimo no era el mismo. Quizás el cansancio por la espera de nuevas vidas por llegar, que los llevará a tener un parate post presentación en Baradero Rock y Teatro Vorterix este fin de semana.
«Cosquín, el Sol salió para ustedes», apuntó Bertoldi tras un set que inició con «Magoo», «El genio de la nada», «Fuera o más allá» y siguió con «Para que sigamos siendo», «Amor ausente», «El balcón», «El límite», «Queloquepasa», «Desdobla» y «Agujas».
Mención aparte para el gesto solidario de Brenda al pedir predisposición para aquellos que puedan acercarse a los distintos puntos en Córdoba destinados a recibir donaciones para las víctimas del temporal del domingo.
De ahí en adelante, el Cosquín volvió a tener un momento histórico: El sector del escenario principal quedó increíblemente desértico a la espera de los IKV. La nueva banda de Fontanet logró acaparar la atención en el temático Rock, dejando un vacío notable en la otra punta. La lista de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur circuló por «Ula Ula», «Águila amarilla», «Funky futurista», «Jennifer del Estero», y de apoco comenzó a acercarse público que ya había dejado atrás el set de Don Osvaldo y buscaba acomodarse en un lugar para disfrutar de Skay.
La reconfirmación de que los mejores shows del ex Redonditos de Ricota se dan es Cosquín es inevitable. «Arcano XIV», «Territorio caníbal», «Aves migratorias», «Arriba el telón», «Ya lo sabés» y «Cicatrices» fueron la apertura para Skay.
Con respecto a lo ocurrido el fin de semana, Beilinson señaló: «Al dolor hay que exorcizarlo, y yo propongo de esta manera», y dio comienzo al infaltable «Ji Ji Ji». Pareciera ser que al ubicar al hit ricotero tan temprano, Skay dicta un mensaje de irse desprendiendo de estos clásicos para hacerles acostumbrar a su público a su propio y prolífico repertorio solista.
Acto seguido, desde delante de la pasarela y solo con su guitarra criolla encaró un mix acústico de «Superlógico», «La bestia pop», «Paria» y «Rock para los dientes». Ya de nuevo con su banda, esa que se entiende y toca de memoria como si fueran el Barcelona y Skay representara a Messi, el set continuó con «La luna en fez», «Falenas en celo», «Tu sombra golondrina» y encontró sus puntos finales y cumbres en «El pibe de los astilleros», «Flores secas», «El redentor secreto» y «Oda a la sin nombre». Ya con menos público que se trasladó al sector donde Gardelitos iniciaba su concierto, el cierre del flaco llegó con «Lejos de casa», «El sueño del jinete» y «Genghis Khan».
Se fue otra edición de Cosquín Rock, una que verdaderamente se convirtió en histórica y no de forma positiva como se anhelaba. Sin lugar a dudas pasará al recuerdo como aquella en la que la grilla se vio obligada a ser reprogramada y que contó con un final con un predio que mostró bastantes espacios vacíos.
Del lado positivo del balance se podrá ubicar el gran show de Andrés Calamaro y el lugar que comienzan a ganar las nuevas bandas y propuestas musicales alternativas al mainstream.
Fotos: gentileza Cosquín Rock
