El biopic sobre Freddy Mercury es un gran éxito comercial y ha reposicionado a Queen al tope de los rankings musicales. Sin embargo, las críticas cinematográficas son dispares.
La producción que reconstruye la vida de Freddie Mercury fue dirigida por Bryan Singer, conocido por sus trabajos en cuatro películas de la saga “X-Men”, “Superman Regresa” y “King Kong” (2005), entre otros. En esta nueva entrega Singer nos propone un estilo muy cercano al de las películas de acción que acabamos de mencionar debido a que se enfoca en el espectáculo que brinda Freddie Mercury desde sus inicios en la banda Smile, pasando por los excesos de su vida privada, hasta el final de su vida de la mano de su ya conocida enfermedad terminal.
Con dos horas y cuarto de duración la obra propone un relato lineal, pero impactante del cantante en cuanto a su performance sobre el escenario, sus inseguridades relacionadas a su orientación sexual y las disputas con sus compañeros y la discográfica a la hora de componer durante su etapa en Queen. En este sentido, el largometraje saca provecho de una adecuada ambientación de la década de 1970, factor que no es menor a la hora de reflexionar sobre cada uno de los nudos que se van presentando a lo largo de la trama.
Cabe destacar la convincente imitación que Rami Malek realiza del protagonista, sobre todo a la hora de ejecutar los singulares bailes del frontman. También sobresale el correcto despliegue de los hits más conocidos de Queen ejecutados con la voz, casi idéntica a la de la leyenda del rock, de Marc Martel, vocalista de Queen Estravaganza, banda que recorre el mundo homenajeando al mítico grupo británico. La película ofrece también ingeniosos momentos de humor que rompen con los pocos instantes de drama, los cuales resultaron, en su mayoría, un tanto superficiales y poco convincentes. Siguiendo esta línea, no ahonda demasiado en cada uno de los sucesos conflictivos que sufre Freddie y todos los que lo rodean, sino que se concentra en los factores que hicieron que se construya como mito. A esto se le suma que muchos de los acontecimientos que se muestran no coinciden con los hechos reales de la vida de los protagonistas.
En conclusión, la película busca mantener al espectador en su butaca con una clara apuesta hacia un entretenimiento veloz, impactante y bien logrado, pero sin detenerse demasiado en los obstáculos que se le aparecen a Freddie, ni tampoco en preocuparse por seguir los hechos de forma fiel a cómo realmente sucedieron. Con todo, es un film que sacudirá y hará pasar un buen momento a los gustosos del rock y de Queen, aunque tal vez deje insatisfechos a los fanáticos y conocedores de una de las bandas más reconocidas del género a nivel mundial.