Uno de los más grandes sucesos discográficos de los últimos años es, sin duda, la ópera rock «Jesucristo Superstar», una antigua historia revitalizada por dos compositores ingleses que apelaron a los nuevos sonidos y a las circunstancias pensantes y sociales actuales para dar, en definitiva, un renovado mensaje a su generación que, como en la época de Cristo, tiene su mayor fuerza en la fe.
Millones de discos fueron vendidos en Europa y Estados Unidos, y específicamente en este último país contribuyó a desatar una casi furiosa onda religiosa entre los jóvenes. Editada en la Argentina hace apenas unas semanas, por carencia de antecedentes y buena información esta ópera está pasando increíblemente desapercibida, soslayando a uno de los documentos más importantes que produjo la nueva generación a través de la música que es, irrebatiblemente, su canal más genuino.
Para que no permanezca dentro de lo inhasible, para los que aún no la conocen o tienen referencias confusas, Pero presenta esta nota exclusiva que trata de ahondar en el espíritu y en el análisis de sus valores: casi como un reportaje a un Jesús que quiere vivir dentro de este tiempo.
¿UNA HEREJIA?
La ópera «Jesucristo superstar» es quizás una de las afirmaciones religiosas más atrevidas desde que Lutero clavó su lista de exigencias sobre la puerta de la iglesia en Alemania. Esta moderna versión de los últimos siete días de la vida de Jesús, contiene muchas sutiles sugestiones que la hacen más que meramente la versión corregida de una epopeya. Esta ópera en rock sugiere varias posibilidades sobre la identidad de Cristo, pero su implicación más poderosa es que la figura de Cristo se convierte en algo diferente a la del que vivió hace dos mil años. La superestrella descripta y reverenciada se percibe como una estrella del rock por medio de las numerosas alusiones y juegos de palabras tales como: «sabías que una muerte tan desprolija «batiría todos los records?» y «está por encima de todos los demás».
Este hijo contemporáneo de Díos sin duda no es el Jesús de Nazareno real, sino más bien parte de la cultura actual, quién en vir-tud de rasgos y habilidades similares a las de Cristo, se ha elevado para promulgar sus verdades por medio de una religión más nueva. Andrew Webber y Tim Rice, los autores, invalidan el intento de hacer de esto una recreación de la supuestamente cierta historia bíblica. Usan la ópera para hacer exámenes objetivos de Cristo, encontrándolo un símbolo universal y no solamente una persona. La religión es un sistema ubicuo y siempre cambiante de fe y culto, el cual, al igual que la figura de Cristo, varía y cambia con los distintos tiempos y sociedades.
«Jesucristo Superstar» puede cometer una herejía al violar lo sagrado de Cristo y su dogma, negando el «viejo» Cristo y la «vieja» Cristiandad, pero en realidad se convierte en una crónica, quizá un libro sacro, de la religión 1971, ya que relata el desarrollo de la religión que ha intentado satisfacer y unificar las masas contemporáneas. Es la biblia de la religión de rock & roll.
La ópera, como concepto musical no es algo que sorprenda, pesar de que su éxito como la primer composición clásica de rock deleitará a muchos cínicos que dudan de la versatilidad de la música rock como medio. La música de Andrew Webber es una buena mezcla de clasicismo (influenciada por Shostakovich, a pesar de ser principalmente su propia creación), electrónico y una variedad de formas de rock & roll. Está construida con la precisa cantidad de temas, subtemas y repetición de temas como para hacerla de fácil audición para oídos educados y no educados. El libreto y la vasta obra musical se combinan bien y explican sus mutuos designios y emociones, creando una exitosa producción grabada. Sin embargo, Webber y Rice sienten en forma distinta, y dirán probablemente que la grabación es incompleta, pues realiza sólo parcialmente el concepto total. «Concebimos este proyecto, esta idea religiosa sobre Cris-to hace unos seis años —reflexiona Rice, compositor de la letra—. Estamos muy interesados en el teatro y cuando finalmente decidimos exactamente qué queríamos hacer con nuestra idea, coincidimos en que el argumento se haría para representación teatral. Antes de intentar escribir la ópera tomamos algunos pasos necesarios para asegurarnos que la ópera en sí seria aceptada. Compusimos la canción «Jesucristo Superstar» como una forma de tantear, una introducción al resto de la idea».
WEBBER
«La canción «Jesucristo Superstar» fue afortunadamente un éxito moderado —agregó Webber— y luego creamos la ópera. Teníamos sentimientos encontrados sobre el disco, porque no obstante lo que otros piensen, bueno o malo sobre él, para nosotros es sólo el logro satisfactorio de la etapa uno.
El disco es meramente una simulación de la ópera que queremos finalmente llegar a producir en el teatro, y que sentimos necesario para la gente, si es que van a poder aprehender la percepción total de la ópera. Hay demasiado para ver, sucede demasiado como para poder obtenerlo del disco. La etapa dos deseamos complete nuestro concepto total, y será la transformación del disco en un espectáculo».
MUCHOS CRISTOS
No interesa si los dos creadores creen que su proyecto está incompleto, ya que el discos es una buena representación de la obra musical y puede sostenerse orgullosamente por sí mismo. La producción teatral apelaría más a los sentidos y revelaría más precisamente el tema. Podría uno ver que sus miras no son exhibir al Cristo y la Cristiandad real sino más bien usar la historia como una base para relatar una cultura y una moralidad de rock & roll.
Para entender lo que transmite «Jesucristo Superstar», debe uno analizar a Cristo, la figura. Su imagen de líder; de alguien que podía dirigir a los perdidos, curar a los enfermos, dar fortaleza al débil. Era una persona para ser creída, para seguir, para buscar como refugio en sus palabras. Habló de verdades, de fraternidad, de humanidad. La personalidad de Cristo es una que seguramente no empezó con Cristo; es una que compartía con mucha otra gente.
Ha habido muchas importantes figuras Cristo que han servido exactamente los mismos propósitos que él, a pesar de que la mayoría no han sido reconocidas como personas religiosas importantes. La ópera basa su tema en esto. A través del tema, Cristo, el símbolo de la esperanza, verdad y autoidentificación, es desarrollado por medio del uso de la jerga y las referencias modernas.
BEATLEMANIA, JESUSMANIA
Su religión y la abrumadora reacción a la misma es llamada Jesusmanía, muy similar a la epidemia de Beatlemanía que tomó a los expectantes niños de la década del ’60 (hasta qué punto era equivocado el comentario de Lennon que los Beatles eran más populares que Cristo?). Este Cristo es tan humano, tan virtuoso, tan puro como el Cristo de la Cristiandad, sólo que su ética y sus pautas sociales son las actuales. Y su religión, y su le, son tan poderosos y atractivos para las masas como lo fue la fe cristiana. ¿Pero cuál es su religión, de qué se desarrolló? La ópera nó da ideas específicas sobre quien es este Cristo, pero dentro de su lenguaje y afirmaciones sociales, puede entir implícitamente que esta nueva religión es producto de la generación de los niños nacidos después de la guerra. La generación que fue arrojada a una era altamente tecnológica y que no podía seguir aceptando la doctrina del cristianismo. La generación que finalmente rechazó al cristianismo y que deambuló contusa, buscando una nueva fe.
La ópera implica que esta nueva fe empezó en 1962 – 1963 con la revolución músico-social precipitada por los Beatles. Su revolución musical llevó al cambio social y juntamente se estableció una nueva moralidad. Las nuevas costumbres, valores y standards establecidos, prácticamente mataron la creencia conservadora e hipócrita. Ahora los niños que durante tanto tiempo buscaron una fe estaban construyendo una creencia sólida, basada sobre la música rock que hablaba de sus verdades y deseos.
La música rock, la cultura rock, empezaba a ser la con-testación a las masas de jóvenes peregrinos. Y los niños que empezaban a ser vistos como paganos a los ojos de la sociedad establecida (el equivalente actual de Callas, Anas y los Romanos) estaban aglutinándose rápidamente en un vínculo común. La religión rock creció extendiendo sus creencias por el globo, reclutando a todos aquellos que no podían ya sancionar las religiones anticuadas de la civilización occidental, y las viejas sectas orientales. Pero esta religión no es tan diferente a todas las otras religiones. ‘La ópera pone en claro que tiene su Judas, su Pedro, su María Magdalena, su Cristo (o Cristos). Hay mártires que han sufrido o han sido sacrificados. Pero sin embargo dice que ha sido creada una religión, una religión rock, que mantiene el mismo espíritu que tenía el Cristo verdadero y que quería tuviese el cristianismo: amor, fraternidad y paz. Una religión que pide urbanidad y salud mental.
La ópera sin embargo no anticipa el futuro de la «Jesusmanía, lo que se debe sentir es que esta religión y forma de vida persistirán y crecerán, permitiendo a sus cultores una dirección sen-sata y resoluciones pacíficas, en forma muy similar a lo que hizo el Cristianismo.
LA LUZ DE LOS DESASTRES
«Jesucristo Superstar» discute la religión a un nivel muy humano, está escrita a la luz de todos los desastres, hipocresía, odios, desdenes y dolores de hoy. Rice, el creador de la letra, no pudo evitar ser influenciado por el condicionamiento social de nuestros tiempos al escribir esta historia. Su Cristo es una superestrella, una estrella rock-con-crítica-social, quién como el Cristo de Nazareno busca la verdad y lucha contra las injusticias, pero es maldecido, y si no maldeci-do, recibe por lo,menos fuerte resistencia de los paganos reales quienes temen su propia eliminación de existir la verdad y la justicia. Esta composición no debe verse meramente como una obra operística que recrea la vida del mártir cristiano. Debe ser apreciada por su éxito como obra musical y por su narración.