El fotógrafo Carlos Larrosa inauguró en Rosario una muestra sobre este lenguaje urbano.
«Desde los comienzos de la humanidad el hombre ha desarrollado la comunicación a través de muros, este arte llamado rupestre sirvió para transmitir de cultura en cultura, distintas formas de lenguajes y conocimientos. Lo curioso es que en la era de las comunicaciones, pleno siglo XXI, la herramienta utilizada por distintas tribus urbanas sigue siendo la misma». Así nos introduce el fotógrafo Carlos Larrosa, a la muestra que inauguró el viernes 28 de octubre bajo el nombre de «Los esténciles. La inevitable naturaleza humana de comunicarse». Esta exposición estará habilitada al público en la Taberna Vasca, Tucumán 1159, hasta fines de noviembre.
Los esténciles son pintadas callejeras en las cuales se cala el dibujo a pintar sobre una radiografía, y se pinta con un aerosol. Un recorrido explorando las paredes de Rosario, cámara en mano, llevó a este fotógrafo a relevar 180 esténciles que reflejan este «arte sin techo, por medio de la cual grupos o personas exponen ideas, críticas y pensamientos».
Los esténciles comparten junto a los graffitis un importante espacio dentro de una cultura contestataria y popular. La pared, tomada siempre como objeto de separación, esta vez obra como punto de encuentro entre comunicador y observador.
¿Por qué decidiste hacer este relevamiento fotográfico?
La idea surge de caminar las calles, y ver que el arte no solamente está en los museos, sino que también está en las calles. La fue rescatarlo un poco, porque es un arte totalmente efímero, vos hoy vos ves pintado un esténcil y mañana desparece. Y me pareció que la mejor manera de poder rescatar estas imágenes era haciendo esta muestra.
Recorriendo estos esténciles, ¿qué leíste de este lenguaje urbano que representan?
La idea es un poco rescatar y ver cómo las tribus urbanas…porque en definitiva el esténcil no pertenece a un grupo, yo creo que hay varios grupos y cada uno con su ideología. Es muy abarcativo esto, vos podés encontrar desde un esténcil de los anarquistas hasta un esténcil pidiendo justicia para Sandra (1). Son todos con connotaciones sociales. Puede haber punks, grupos de rock. La idea es reflejar esta cuestión de volver a retomar como el ser humano en pleno siglo XXI sigue todavía utilizando las paredes como medio de comunicación. Y creo que es muy válido eso, y ayuda a que uno cuando va caminando por las calles se encuentre con este tipo de trabajos.
Hay algunos esténciles que no se sabe para quiénes son, por ejemplo la imagen de Cheech & Chong, sin ningún texto, solo el retrato de esos directores de cine.
Yo no logro descifrar todavía bien esto, porque es muy abarcativo. Yo creo que lo que quisieron hacer con este concepto es mostrarse, es un poco para mostrar y que en definitiva se vaya incorporando este tipo de cosa al panorama urbano. Que en definitiva, vos pasás y decís: «¿quiénes son?». Y te quedás con la duda, pero también sirve para que ante la duda conocer quiénes son.
Como un código que algunos comparten, que algunos pueden descifrar y otros no.
Claro.
¿Esto nació con el rock, y luego pasó a otros grupos sociales?
Yo creo que sí, creo que el esténcil arranca con un movimiento bastante…son primos hermanos de los graffitis, porque es esténcil tiene mucha más elaboración que el graffiti. El esténcil es mucho más artesanal, se hace en una placa radiográfica donde se elabora primero el dibujo, luego se pone contra la pared y se rocía con pintura en aerosol. Eso lo hace mucho más rápido y mucho más clandestino, no necesitás quedarte media hora para pintar un dibujo.
¿Cuál fue el que más te gustó o llamó la atención?
Hay muchos, pero el que más me impactó y con el que me identifiqué mucho es el de Darío y Maxi (2).
Y hablando de las culturas híbridas en las que vivimos, donde un toba puede estar sentado frente a un cartel de Coca-Cola, ¿qué lugar te parece que ocupa este lenguaje urbano?
Yo creo que es esténcil es un medio que no se lo puede apropiar nadie, inclusive han tratado de apropiárselo desde el sistema consumista. Yo creo que no se lo ha podido apropiar todavía porque tiene mucho de originalidad, mucho de popular, y creo que va a tardar mucho tiempo para que se lo apropie el sistema para utilizarlo como una herramienta de control. El esténcil es popular, el que se manifiesta a través de las paredes, tanto como el graffiti, es un arte popular, y creo que eso no lo va a poder cambiar nadie.
Como cierre, no hay mejor expresión que la propia de Larrosa: «los muros pueden estallar, las paredes caer, pero el mensaje persiste, ¡la inevitable naturaleza humana de comunicarse!».
Notas
(1) Sandra Cabrera, secretaria general de Ammar Rosario (Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas), que fue asesinada el 24 de enero de 2004. Era una militante por los derechos de las trabajadoras sexuales, y denunció activamente las violaciones de todo tipo de derechos llevadas a cabo por las fuerzas policiales.
(2) Darío Santillán y Maximiliano Kosteky, piqueteros asesinados en la Masacre de Avellaneda en el puente Pueyrredón, Buenos Aires, el 26 de junio de 2002.