El trío Galleta es uno de los conjuntos que más discos vende y reúne más de un millón de pesos mensuales para sus arcas.
Ellos vinieron, posiblemente, preparados de antemano. Saben que en los reportajes (en los que se hacen en serio) tienen más probabilidades de verse en aprietos que otros conjuntos nacionales. Lo mismo le debe ocurrir a Carlos Bisso y su grupo, a Pintura Fresca y a otros. Están preparados porque en cualquier momento les cae la pregunta habitual: ¿Por qué cantan en inglés? Cada uno de ellos tiene su teoria o su justificación. Pero nunca hubo una tan sincera curio la del Trío Galleta. Ellos llegaron a la redacción de Pelo prevenidos, es cierto. Pero sus tres integrantes no tienen puntos débiles por donde sea factible acorralarlos. El Trío Galleta está convencido, totalmente, de lo que hace: regrabar, cantar en inglés, todo eso. No quieren hacer otra cosa. Por eso sus palabras no son temerosas, huidizas. El planteo ante ellos es muy simple: hay que aceptarlos como son; sobre todo porque lo que dicen es rotundo, grave o agresivo y. además, lo sienten. Por momentos, las respuestas que dieron en la redacción de Pelo, fueron sorprendentes, in-solitas por la franqueza y, algunas veces, por lo terrible de las sentencias. Estas fueron:
Pelo: ¿Después de tres simples y un long play, seis meses de actuación y una fuerte popularidad piensan que son un conjunto de temas o que realmente el trío es una reunión de músicos?
Juan Carlos: Eso, todavía, es muy difícil de decir. Para sentirse verdaderamente músico hace falta hacer muchas cosas y ser un conjunto no se logra
con tres simples y un long play, pienso que hace falta mucho más. Los que no están adentro de la música creen que un conjunto por el hecho de formarse ya tiene todo solucionado. Pero hace falta mucho para justificar titularse con esa palabra, a veces años.
Juan Carlos Saporiti (22 años) es el baterista del trío. Su desempeño es discreto pero se ajusta a las necesidades del grupo. Hace su trabajo con justeza, sin alardes. Anteriormente había integrado varios conjuntos, entre ellos uno denominado Telaraña, un grupo que el año pasado grabó un long play en vivo en el cine Arte, pero que finalmente no se editó por el deficiente registro obtenido en el momento de la grabación.
Pelo: ¿Ustedes van a seguir toda la vida regrabando temas o piensan que algún día se van a arriesgar a hacer un tema propio?
Aníbal: Claro que vamos a grabar composiciones nuestras. Pero lo vamos a hacer cuando estén a la altura de los temas que estamos haciendo ahora.
Aníbal Conte (21 años) se llama en realidad Lucio Aníbal Contursi. y es pariente de Pascual Contursi, el autor de tango. Aníbal es realmente un’ buen bajista. Y es probable que esté entre los cinco mejores de la Argentina. Esa base rítmica tan particular del trío, en gran medida, se debe al buen tempo que logra en las cuatro cuerdas de su instrumento. El también integró el temporario —y ya disuelto— Telaraña. Estaba entusiasmado con la idea y se entendia muy bien musicalmente con el organista, un ex acompañante de Litto Nebbia y actual integrante de la Harlem Band.
Pelo: ¿Dentro de cuánto tiempo creen que van a poder lanzar sus propios temas?
Anibal: Eso no lo sé exactamente, pero de lo que estoy seguro es que cuando lo hagamos nos vamos del país.
Pelo: ¿Cómo…?
Anibal: Claro ¿Vos te crees que si yo llego a hacer un tema como los de Creedence me voy a quedar en la Argentina para vender como gran exito ochenta mil discos? No; ese día me voy,
I ¿para qué voy a quedarme? Pelo: ¿Y te parece poco? Para fortalecer la música argentina a nivel internacional.
Anibal: La música beat nacional no existe. Existen algunos músicos.
Carlos: El día que hagamos algo por la música argentina vamos a componer una linda zamba. Anibal: No pensamos hacer ningún esfuerzo por la música pop nacional.
Pelo: ¿Pero ustedes creen que lo único que podernos hacer es folklore?
Aníba:: No, tanto como eso no; pero lo que pasa es que, en cuanto a este tipo de música que hacemos nosotros, estamos atrasados diez años, por lo tanto ningún esfuerzo es posible. Los de allá nos van a ganar siempre.
Pelo: Quizás la cuestión no sea ganarle a nadie, sino hacer buena música en función de creatividad…
Carlos: Mira, los temas que nosotros grabamos aquí son de autores que pertenecen a conjuntos que matan en el exterior. Si esos grupos llegan a venir a la Argentina, en comparación de creatividad, se tienen que ir todos lo-, conjuntos argentinos. Carlos lturbide (20) es guitarrista del trío y el propietario de la voz blanca más negra del
país. Tiene bastante swing para cantar y el rock and roll no es precisamente su fuerte. A él le gusta —y lo hace mejor— el blues tradicional. Anteriormente integró —también como cantante y guitarrista— el Six Soul, un conjunto muy fuerte, en la misma linea de Galleta, que finalmente se disolvió.
Pelo: ¿Todos los conjuntos argentinos se tendrían que ir en ese caso? No se salva nadie? Los tres: Ninguno. Ni nosotros. Además hay conjuntos que creen que creatividad es estar en la rara.
Pelo: ¿Por lo menos puede quedar alguno como intérprete? Anibal. Sí: los Gatos y Los Mentales, cuando cantan en inglés. Ah: y también Manal, pero si no hicieran la zapada eterna. Carlos: Los Gatos y Almendra. pero en el tema «Fermín».
Juan Carlos: ¡Es tan difícil!… Pelo: Ustedes decían que estamos atrasados diez años. ¿Quién es el culpable?
Aníbal: Nosotros fuimos aceptados cuando hicimos el tema más comercial que tenemos, «Estoy herido». Y eso que antes habíamos grabado Creedence, que en Estados Unidos es lo más comercial que hay. Pero la culpa de que el público esté atrasado la tienen las grabadoras, productores y disc jockeys que sólo ofrecen temas simples para vender más. Entonces, lógicamente, el público no conoce otras composiciones más complejas.
Pelo: ¿Y a ustedes qué es lo que los mueve realmente: la música o ganar plata?
Juan Carlos: Nosotros elegimos para grabar temas que realmente nos gustan, si con eso ganamos plata mejor.
Pelo: Pero realmente esos temas están bien elegidos porque están ganando mucha plata. ¿Cuanto reúne mensualmente cada uno?
Aníbal: Aproximadamente cuatro cientos mil pesos.