Salen a matar,
estos chicos tienen algo en mente hoy
llegan y se van,
ardiendo en un auto que no da ni pena.
Pero sueñan con ganarse alguna estrella.
Vuelven a bajar
y cada vez que vienen algo pasa.
Se abren paso en la oscuridad
y encuentran dos manos blancas implorando amor
«ya no tengo nada que soñar», suspira ella.
Salen a matar
con la ropa que usan siempre para eso.
Saltan al Fairlane gris
se escapan echando fuego y se la llevan.
Nadie quiere morirse hoy.
Ella espera a su mal amor
tiene la esperanza de volverlo a ver.
Abre y cierra el corazón
y se duerme sola, pensando en él
«Nadie puede salvarme hoy si no están los chicos»