María no tenía paz,
ella vivía a puro rock.
Del Apache a la Paternal,
y del regreso al monoblock.
Es la más dura del normal,
y en soledad suele sufrir.
Tan nena y tan mujer fatal,
primero amar, después partir.
Pedro era pibe del montón,
pero la hacía sonreír.
Y así María se quedó,
algunas noches a dormir.
Y se dejaba acariciar,
y se olvidaba del dolor,
y se solía preguntar,
si eso podía ser amor.
Pedro era pibe del montón,
pero algo en él era especial.
Un generoso corazón,
y un gran talento para actuar.
Improvisado apostador,
que jugó un pleno y acertó.
Con la más linda del normal,
más de una noche terminó.
Llorando en una confesión,
hasta volver a sonreír.
Emborrachándose los dos,
más de una noche sin dormir.
María no tenía paz,
él detenía su dolor.
Y se solían preguntar,
si eso podía ser amor.
María no tenía paz,
ella vivía a puro rock.